Imagen ilustrativa tomada del Minsap
Por María Josefina Arce (RHC)
Una atención personalizada y multisectorial se brinda en Cuba a quienes padecen TEA, Trastorno del Espectro del Autismo, que se caracteriza por alteraciones en la comunicación, la interacción social, comportamientos repetitivos o intereses restrictivos.
El médico de la comunidad desempeña un papel esencial. Es quien encauza a las familias a las instituciones sanitarias pertinentes una vez que se detectan señales de este trastorno, que los especialistas afirman es fundamental descubrirlo antes de los tres años.
En la asistencia a estos pequeños se unen los Ministerios de Salud Pública y Educación para definir la modalidad de atención educativa que mejor se adapte a sus necesidades.
Aunque en la nación caribeña, de acuerdo con las autoridades educacionales, el autismo constituye una de las especialidades más jóvenes en el campo de la pedagogía especial, se cuenta con personal altamente calificado que trabaja con el infante para desarrollar habilidades básicas de socialización y prepararlos para la vida, además de orientar a la familia.
En la atención a estos niños se insertan dentro del horario docente otras actividades como la interacción con animales, pintura, visitas al zoológico, acuario y centros culturales, entre otras.
En el país funcionan escuelas especiales que atienden el espectro autista en La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey, Villa Clara y Matanzas.
Pero, además, existen proyectos comunitarios concebidos especialmente para estas personas y que amplían sus perspectivas de vida y favorecen la necesaria socialización. Ese es el caso de "Soñar en azul", color que simboliza el autismo.
Creada en 2018, esta iniciativa deportiva tiene como objetivo desarrollar investigaciones desde la cultura física, que tributen al mejoramiento de las áreas de desarrollo afectadas por el TEA.
Los notables resultados de este proyecto, en el que participan personas de todos los municipios de la capital cubana, posibilitaron que en 2022 le fuera otorgado uno de los premios de la Organización Mundial de Educación, Estimulación y Desarrollo Infantil.
Sus promotores señalan que "Soñar en azul" ha posibilitado la flexibilización en la aceptación y ejecución de nuevas tareas, la socialización y comunicación con otros niños y adultos, y la autonomía en la ejecución de los ejercicios.
El pasado año también fue reconocido con el Premio Mundial de la Ciencia ‘Eureka 2022’ un proyecto para la atención temprana e integral a niños con autismo, desarrollado por un equipo del habanero Hospital Pediátrico Universitario Borrás-Marfán.
Cuba no descuida a los niños, jóvenes y adultos con Trastorno del Espectro Autista, y aunque en muchas ocasiones el bloqueo norteamericano provoca limitaciones materiales, siempre se impone el amor, la dedicación y la alta capacitación del personal sanitario y educativo, para el cual lo más importante es siempre ayudar a estas personas ante los retos que le impone esta condición.