Por María Josefina Arce.
La Cuarta Conferencia Agrícola entre Cuba y Estados Unidos, que por estos días sesionó en La Habana, evidenció el interés mutuo de continuar trabajando por estrechar los nexos comerciales bilaterales, en beneficio de los dos países.
En el encuentro participaron más de una docena de empresarios y agricultores estadounidenses de diferentes estados, pertenecientes a la Coalición Agrícola Estados Unidos-Cuba, que a lo largo de los años ha defendido los vínculos comerciales con la nación caribeña.
Desde su creación en 2015 la Coalición ha rechazado el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por su país a la Mayor de las Antillas, el cual, señala, también afecta los intereses de los hombres de negocios estadounidenses.
Las organizaciones y empresas agrícolas y ganaderas que conforman la Coalición han denunciado que aunque muchos países han avanzado en sus relaciones con La Habana, ellas aún enfrentan onerosas restricciones.
Una normal relación, subrayan, daría un impulso al sector y significaría la creación de miles de puestos de trabajo agrícola en Estados Unidos, lo que favorecería la economía del norteño país.
Para Cuba significaría un menor gasto en sus compras de alimentos, pues a causa del cerco debe adquirirlos en mercados lejanos, lo cual encarece esas importaciones, y afecta por tanto, el bienestar de los cubanos.
Aunque en el 2000 Washington anunció una excepción al bloqueo, al permitir la venta de alimentos, aún niega créditos a La Habana, obligando al gobierno cubano a pagar en efectivo los productos que compra a agricultores estadounidenses.
La Coalición ha enviado cartas al presidente Joe Biden solicitando el levantamiento de las sanciones a la Mayor de las Antillas. Recordemos que durante su campaña electoral prometió un cambio de política hacia el pueblo cubano, sin embargo a dos años de su llegada a la Casa Blanca aún se mantiene intacta esa unilateral y genocida medida.
Ahora este encuentro ha sido otra oportunidad para que los empresarios estadounidenses conocieran de primera mano el trabajo de los nuevos actores de la economía de la nación caribeña, una experiencia que va ganando terreno. En la actualidad existen en territorio nacional más de siete MIL micro, pequeñas y medianas empresas.
Asimismo pudieron constatar proyectos de desarrollo local, y las medidas adoptadas por el gobierno cubano para incentivar la producción de alimentos, una prioridad de las autoridades que trabajan en aras de la seguridad alimentaria de la población.
Lo más diversos criterios a todos los niveles se tomaron en cuenta para la elaboraboración de las disposiciones, las cuales dan respuesta a problemas asociados a cuestiones estructurales, organizativas y productivas del uso y tenencia de la tierra, así como de carácter financiero.
De hecho los empresarios estadounidenses destacaron que desde el país caribeño se propician mayores oportunidades de intercambio, gracias al proceso de transformaciones socioeconómicas acometidas.
Existen grandes potencialidades de intercambio y cooperación entre ambos países, que no solo se limitan al acceso a semillas y tecnologías, en el que los productores estadounidenses tienen experiencia, sino también a la posibilidad de exportar las producciones cubanas o de concretar inversiones conjuntas. Sería un gran paso para avanzar en el acercamiento y beneficio de los dos pueblos.