Médicos cubanos hoy en 57 países de todos los continentes.
Por Roberto Morejón
Confiesan médicos cubanos en servicio en otras latitudes, su regocijo por serles útiles a los pobladores, aunque afirman conmoverse cuando sus pacientes no pueden sufragar el costo de pruebas requeridas para llegar a un certero diagnóstico.
Se trata de uno de los avatares de los más de 22 mil médicos antillanos desplegados hoy en 57 países de todos los continentes, en muchos de cuyos escenarios la pobreza y carencia de recursos conspiran contra las actividades de salud.
Pero los profesionales de bata blanca en esas naciones buscan alternativas para no dejar de atender a los llegados a sus consultorios y cuando recorren aldeas, poblados pequeños y remotas selvas.
Cuba festeja esta semana el aniversario 60 de la colaboración médica internacional, iniciada oficialmente en Argelia, aunque con anterioridad una brigada había cumplido misión en Chile.
Las estadísticas globales ilustran el trabajo arduo, útil, altamente técnico, con derroche de altruismo, voluntad, sacrificio y valentía, pues en no pocos sitios las circunstancias son complejas.
Más de 605 mil profesionales y técnicos de la salud de Cuba han salvado vidas, sanado padecimientos, erradicado enfermedades y acallaron el dolor de portadores de patologías incurables.
En fecha reciente, cuando la crisis por la pandemia originada por la Covid-19 y la vida estaba expuesta, 58 colectivos médicos cubanos marcharon a 42 naciones para combatir ese mal.
A pesar de la gratitud de los habitantes de ciudades, poblados y comarcas remotas, reconocimiento de autoridades y encomio en reuniones de organismos internacionales, en Estados Unidos y en la prensa hegemónica demonizan a los doctores antillanos.
Suelen atribuirles la etiqueta de esclavos en desconocimiento de su voluntariedad al laborar en otras regiones del globo, en cumplimiento de acuerdos gubernamentales.
Con los ingresos que algunas autoridades pagan a La Habana, pues en muchos casos el servicio se presta gratuito, la mayor de las Antillas adquiere insumos para su sistema de salud y mantiene abiertas sus facultades de medicina.
De ellas egresan cada año miles de nuevos médicos junto a colegas de otras nacionalidades, que luego de ganar en experiencia en muchas ocasiones parten a desempeñar su cometido en el exterior.
Cuba, que sostiene el contingente Henry Reeve destinado a laborar ante catástrofes naturales y de otro tipo, acaba de ponderar la gestión de sus enviados en Turkiye, a raíz del terremoto.
El enaltecimiento es extensivo a los que hoy prosiguen su tarea estetoscopio en mano y a los que en seis décadas los imitaron.