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Por Roberto Morejón
 
Si bien la utilización del dólar como patrón en el mercado internacional parece aún una tendencia dominante, iniciativas entre países de forma bilateral o en bloque buscan recurrir a otros signos monetarios.
 
El gigante petrolero ruso Rosneft y la Corporación Nacional de Petróleo de China pasaron a los pagos en yuanes y rublos, las monedas de esos países, según un anuncio en el Foro Económico Internacional de la ciudad rusa de San Petersburgo.
 
De manera que si ambas naciones se proponen incrementar el volumen del comercio mutuo a 200 mil millones de dólares, es de esperar que a mediano y largo plazos una parte se concrete en monedas nativas.
 
China y Brasil llegaron a un acuerdo recientemente a fin de establecer disposiciones para facilitar el comercio e inversiones bilaterales con sus respectivas divisas, y reducir así el uso de la moneda estrella de Estados Unidos.
 
El Banco Central de Brasil se propuso aumentar su exposición al yuan y ampliar sus reservas de oro.
 
En agosto del año en curso tendrá lugar la decimoquinta cumbre de los BRICS, siglas de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, donde se debatirán asuntos de la economía internacional y brechas con vistas a viabilizar el comercio sin usar el dólar como dinero de cambio.
 
En opinión del experto de la Universidad Nacional Autónoma de México, Miguel González, es potencial llegar al comercio internacional sin la moneda del país norteño como patrón, aunque las propuestas que conducen a una situación de ese tipo no tendrían efecto a corto plazo.
 
Además, apuntan los entendidos, todos los precios internacionales están expresados en dólares, utilizados también como moneda de reserva y ello no puede alterarse imprevistamente porque ocasionaría una ruptura mundial del sistema.    
 
Pero lo anterior no niega la búsqueda de un número creciente de países de alternativas al dólar como capital de reserva.
 
Ellos están preocupados por las sanciones contra Rusia, demostrativas de los intentos de Estados Unidos y sus aliados de confiscar sus reservas con el argumento del conflicto en Ucrania.
 
La economía mundial lleva tiempo con experimentos hacia un paulatino ritmo de la desdolarización, aunque sería prematuro afirmar que el proceso llegue a su fin en breve.
 
Sin que por ello el yuan, entre otras monedas, deje de ganar peso en la economía global.