Imagen ilustrativa
Por María Josefina Arce
El Programa Nacional para el Adelanto de la Mujer, puesto en marcha en Cuba desde hace dos años, cuenta entre sus acciones, con la creación de las casitas infantiles en centros laborales que ha ido extendiéndose por todo el país y tiene una gran aceptación entre las madres trabajadoras y las familias.
Esta variante de atención educativa a la primera infancia vigente desde 1993 fue retomada por las autoridades ante el déficit de capacidades de círculos infantiles, y la alta demanda existente.
Posibilita la incorporación de la mujer al trabajo y por tanto, su empoderamiento, mientras que para el centro laboral significa estabilidad, eficiencia y productividad de la fuerza de trabajo.
Estas instituciones, de manera excepcional, brindan igualmente atención educativa a niños de familias de la comunidad con situaciones sociales complejas.
Su funcionamiento es responsabilidad de todos, pues los centros de trabajo deben garantizar los recursos necesarios para su mantenimiento y sostenibilidad.
El Ministerio de Educación por su parte, está comprometido con la base material de estudio, así como con la atención a los niños con educadoras y auxiliares pedagógicas, graduadas en la especialidad de Primera Infancia.
Por tanto, los menores que acuden a estas instalaciones, que deben contar con las condiciones de confort requeridas, reciben el mismo programa educativo que los que asisten a los círculos infantiles.
En la materialización de estas casitas infantiles también se ha logrado implicar a los nuevos actores económicos como las micro, pequeñas y medianas empresas, así como a las cooperativas de producción.
Cuenta además, con el apoyo de todos los trabajadores del centro laboral donde se crea, que no solo contribuyen en la rehabilitación del área destinada a este fin, sino también con donativos de juguetes y otros elementos necesarios.
La colaboración del Fondo de la ONU para la Infancia ha sido muy importante para el desarrollo de esta iniciativa. UNICEF ha entregado diversos recursos a varias casitas como mobiliario para niños y muebles sanitarios.
Esta alternativa ha llegado incluso, al llamado Plan Turquino, Programa de Atención al Desarrollo Integral de las zonas montañosas, una iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, que ya cumplió más de 35 años.
En todo el país ya funcionan más de 100 casitas infantiles, que favorecen a cerca de tres mil niños entre 1 y 5 años. Es una opción que va ganando cada día más terreno y representa una ayuda significativa para las madres trabajadoras.