La nueva confrontación en las urnas será este domingo 20. Foto tomada de You Tube
Por Roberto Morejón (RHC)
En una sociedad como la guatemalteca matizada por la corrupción, los favores políticos, el desgaste de partidos convencionales y una desigualdad económica endémica, los grupos élite rechazan perder el control, de ahí la interrogante de si dejarían aflorar en las presidenciales a un aspirante que rompería con la continuidad.
Esa es una de las preguntas cardinales en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, donde más de 9,3 millones de habitantes decidirán entre la derechista Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza, y Bernardo Arévalo, del movimiento opositor Semilla, identificado con la socialdemocracia.
Torres y Arévalo alcanzaron bajas votaciones en la ronda inicial, nunca por encima de 16 por ciento porque el voto nulo se elevó a 17,3 por ciento y la abstención a 41 por ciento.
Era la señal de la desaprobación de los guatemaltecos hacia los partidos tradicionales y los que surgieron en los últimos años, a la sombra de las mafias políticas y de sectores conservadores que cooptaron los órganos de justicia.
Arévalo y Semilla, a los que las encuestas no auguraban sitios preferentes, capitalizaron el desplome de las agrupaciones de siempre y atrajeron a ciudadanos deseosos de parar la corrupción.
Surgido en 2015 en las movilizaciones contra la descomposición política que condujo a la renuncia del presidente conservador Otto Pérez Molina, Semilla ha sorprendido en Guatemala.
Recuperadas del asombro, las castas políticas trataron de suspenderlo legalmente, procedimiento que desató fuertes movilizaciones y protestas.
Los más retrógrados están inquietos por la tendencia en la nación centroamericana a promover a quien impida la continuidad de la derecha y ultraderecha en el gobierno.
El uno por ciento de los más ricos en el país que concentran iguales ingresos que la mitad de la población y las agrupaciones tradicionales desean la prolongación en los puestos cimeros de quienes permiten que 61 por ciento de la población viva en pobreza multidimensional.
En ese contexto, un estudio del diario Prensa Libre y el canal Guatevisión presenta al sociólogo Bernardo Arévalo en el primer lugar de la intención de voto en Guatemala, pero está por ver lo que harán las élites económicas y políticas.