Fidel en suelo vietnamita. (Foto:PL)
Por María Josefina Arce
Corría septiembre de 1973 y el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, llegaba hasta los territorios del Sur de Vietnam, liberados del ejército invasor de Estados Unidos y de las tropas del régimen despótico allí impuesto. Era Fidel Castro portador de un mensaje de apoyo y solidaridad de Cuba con el heroico pueblo vietnamita, que ya a lo largo de su historia se había enfrentado al colonialismo francés y al Japón fascista durante la Segunda Guerra Mundial.
Se convertía Fidel en el primer y único líder extranjero en viajar hasta la zona de guerra y en levantar la bandera del Frente Nacional para la Liberación de Vietnam del Sur.
Su valiente gesto contribuyó a fortalecer el movimiento de solidaridad mundial con los vietnamitas, en su lucha por sacar de su tierra a los invasores estadounidenses, por la independencia y reunificación del país.
La visita de Fidel marcó un hito en las relaciones entre ambos pueblos. Cuba ayudaría en la reconstrucción de la nación asiática, devastada por la guerra. Hospitales, escuelas y viviendas habían sido arrasadas por los bombardeos.
Hasta las lejanas tierras viajaron cientos de cubanos para apoyar en la reconstrucción de un país, contra el cual Estados Unidos, en una criminal acción, lanzaría millones de litros de químicos, entre ellos el conocido agente naranja.
La nación caribeña envió barcos cargados de azúcar y acogió en su suelo a miles de jóvenes vietnamitas quienes se formaron en nuestros centros educativos en distintas disciplinas.
Para los vietnamitas Cuba fue, es y será su familia, su amiga y hermana, un sentimiento compartido por los cubanos respecto a Vietnam. La nación asiática siempre ha estado a nuestro lado en los momentos difíciles y nos ha acompañado todos estos años en la lucha contra el criminal bloqueo norteamericano.
Es un vínculo que desde aquella histórica visita de Fidel y el respeto y admiración hacia el presidente Ho Chi Minh se ha ido afianzando con el tiempo y traducido en una dinámica colaboración y una solidaridad, sin condiciones.
Hoy los dos estados mantienen una estrecha cooperación en áreas como la agricultura, salud, aviación civil, comercialización y producción de materiales de la construcción, entre otras. Hanoi es el segundo socio comercial de Cuba.
En la actualidad empresarios vietnamitas están presentes en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, al oeste de La Habana, la capital cubana.
La distancia geográfica nunca ha sido un obstáculo para que ambas naciones, con puntos de vista coincidentes, mantengan y fortalezcan unos lazos, basados en la amistad y solidaridad.