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Por María Josefina Arce
El viaje a Cuba el último fin de semana del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para participar en la Cumbre del Grupo de los 77 fue también una oportunidad para impulsar los nexos bilaterales, que bajo los gobiernos del Partido de los Trabajadores se han caracterizado por su dinamismo, pero que experimentaron un retroceso con la llegada al poder en 2019 del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Los dos países abrieron un nuevo camino en la colaboración en los ámbitos de la salud y biotecnología. En La Habana fue suscrito un importante Protocolo de Cooperación en Ciencia, Tecnología e Innovación y en el complejo económico e industrial de la salud.
Tanto La Habana como Brasilia apuestan por la transferencia de tecnología, llevar a cabo proyectos conjuntos de investigación y el desarrollo de productos de alto valor agregado.
Las autoridades brasileñas han destacado la trascendencia de este acuerdo, dado el notable avance de la Mayor de las Antillas en la biotecnología, que ha permitido la obtención de valiosos fármacos para determinadas enfermedades y que ha significado una mejor calidad de vida para muchos cubanos y ciudadanos de otras naciones.
Un hito de Cuba en este campo es la obtención de vacunas. De hecho fue el primer país de América Latina y el Caribe en lograr sus propios inmunógenos contra la COVID 19, que tantas muertes causó a nivel mundial.
La ministra brasileña de Salud, Nisia Trindade, señaló que este acuerdo posibilitará que su país se beneficie del conocimiento de vanguardia que Cuba ha desarrollado en esta área, mientras que Brasil aportará su capacidad de producción a escala, en laboratorios públicos y privados.
Ya en la esfera de la salud Brasilia y La Habana mantuvieron una destacada cooperación. Recordemos que especialistas cubanos participaron en el Programa Más médicos, puesto en marcha en 2013 por la entonces presidenta Dilma Rousseff para llevar la salud a toda la geografía brasileña.
Pero los dos estados buscan también fortalecer y ampliar la colaboración en otras ramas. De ahí que a principios de este mes una delegación de empresarios y técnicos del gigante suramericano viajó al archipiélago para explorar las posibilidades de cooperación en la agricultura.
En aras de dar seguimiento a este tema volverán a territorio cubano los expertos brasileños en octubre y noviembre próximo, para abordar las tecnologías para la agroindustria.
A partir de enero de este año en que Lula da Silva llegó por tercera vez al Palacio del Planalto los dos países trabajan por retomar la excelencia de sus relaciones. En agosto pasado por ejemplo, viajó a la capital cubana Celso Amorim, jefe de la Asesoría Especial de la presidencia, y Jorge Viana, presidente de la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones.
Fluido ha sido el intercambio en los últimos meses entre Cuba y Brasil, que confirma la voluntad de los dos gobiernos de restaurar unos nexos, basados en la amistad y el respeto.