Por María Josefina Arce.

En la sexagésima sesión del Consejo Directivo de la OPS, Organización Panamericana de la Salud, en Washington, la nota discordante volvió a  ser Estados Unidos, empeñado en atacar la colaboración médica de Cuba a otras naciones, reconocida y calificada de invaluable por gobiernos y pueblos.

Washington insiste en su maniobra de presentar esta valiosa ayuda cubana como un ejemplo de la trata de personas, lo que constituye una ofensa para quienes sin importar distancias, costumbres, ideología e idiomas salvan vidas en otras latitudes.
   
De lamentable calificó el ministro cubano de Salud Pública, José Ángel Portal, la intervención de la representante estadounidense, a través de la cual, denunció, intentó  Estados Unidos manipular la esencia de la cooperación médica internacional de Cuba.
   
La realidad es que los profesionales cubanos han brindado desde hace decadas su asistencia a pueblos víctimas de desastres naturales y complejas situaciones de salud. Las naciones de Centroamérica, Haití y Pakistán, por sólo citar algunos ejemplos, conocen del humanismo y profesionalidad de nuestros trabajadores de la salud.
  
Cuando en Haití se desató el cólera, ahí estaban los cubanos, que además ya se encontraban en esa nación caribeña mucho antes del fuerte terremoto de 2010. De hecho fueron los primeros en socorrer a los damnificados.
  
Ante el brote de ébola en África Occidental fue Cuba la primera nación en responder al llamado de la Organización mundial de la Salud. Nuestros médicos no escatimaron esfuerzos para salvar vidas.
   
Siempre se ha podido contar con la Mayor de las Antillas para ayudar a otros pueblos y contribuir a elevar sus índices sanitarios, aún en las difíciles condiciones que durante más de seis décadas ha impuesto el genocida bloqueo norteamericano.

Suman 165 los estados en los que han brindado sus servicios más de 600 mil trabajadores de la salud.
   
Y durante la pandemia de la COVID 19, no se dudó ni un momento en apoyar a otros pueblos. Sin descuidar la atención a la población cubana, se tendió la mano a otras naciones de diversas latitudes.
    
Nuestros profesionales de la salud trabajaron hombro con hombro con sus colegas de otros países en el enfrentamiento a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus que provocó millones de fallecidos en todo el mundo.
   
Cuba mandó 58 brigadas médicas a  42 naciones, incluso de Europa, como Italia y el principado de Andorra.
  
Los intentos de Estados Unidos  de desvirtuar la cooperación de Cuba en materia sanitaria han sido rechazados por numerosos pueblos, altamente agradecidos por la asistencia de Cuba, que siempre ha dejado claro su deseo e interés de ayudar y compartir sus avances.
   
Un espíritu solidario reiterado en su intervención en el periodo 78 de sesiones de la Asamblea General de la ONU, por el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, quien afirmó que su país ponía a disposición de todos sus capacidades tecnológicas y científicas y recursos humanos.