Imagen de archivo/RHC
Por María Josefina Arce
La tensión ha escalado otra vez en Guatemala, tras nuevas acciones del cuestionado Ministerio Público que allanó en los últimos días la sede del Tribunal Supremo Electoral, escudándose en supuestas denuncias sobre los comicios generales, en los que resultó ganador Bernardo Arévalo en segunda ronda con 60 % de los votos.
Con un amplio despliegue policial la Fiscalía secuestró miles de actas que contenían los resultados de la primera vuelta, efectuada el pasado 25 de junio y en la que fueron elegidos en las urnas más de cuatro mil cargos públicos.
Esta nueva acción busca poner en duda los resultados de las elecciones ya oficializados e impedir la toma de posesión en enero próximo de Arévalo, del Movimiento Semilla, objeto de persecución por su claro mensaje anticorrupción y alejado de la élite económica y política de la nación centroamericana.
Este es el cuarto allanamiento de que es objeto el Tribunal Supremo Electoral, que presentó un amparo ante la Corte de Constitucionalidad para que frene las acciones de la Fiscalía.
La nueva arremetida del órgano judicial contra el proceso electoral, que también ha incluido órdenes de aprehensión y solicitud de levantamiento de inmunidad de los magistrados electorales, ha llevado a que desde este lunes se cumpla un paro nacional por tiempo indefinido en defensa de los resultados de los comicios.
Varias carreteras han sido bloqueadas por los manifestantes, quienes reclaman la renuncia de la polémica Fiscal General Consuelo Porras, al frente del Ministerio Público y señalada por criminalizar a jueces y fiscales y proteger a políticos corruptos.
La protesta fue convocada por los líderes de los 48 cantones de Totonicapán, a la que se han sumado otros 10 departamentos guatemaltecos.
Las acciones contra el Movimiento Semilla se intensificaron desde que sorpresivamente su candidato Bernardo Arévalo lograra pasar al balotaje del pasado 20 de agosto, tras imponerse en la primera ronda junto a Sandra Torres, del derechista Partido Unidad Nacional de la Esperanza.
Ya se había intentado inhabilitar a Semilla y su sede en Ciudad de Guatemala había sido allanada.
El mandatario electo ha denunciado un intento de golpe de Estado para neutralizar a su partido en el Congreso y evitar que asuma la presidencia.
La crisis política persiste en Guatemala, donde círculos de poder ven con preocupación la llegada de Arévalo a la presidencia e intentan por todos los medios desconocer la voluntad popular expresada en las urnas y que es reflejo del deseo de un cambio en el país centroamericano.
