Cuba cuenta con capacidades industriales disponibles para la inversión extranjera, afirma Cabrisas.

Por Roberto Morejón

La inversión extranjera se inscribe entre las primacías de las políticas cubanas para el fomento de su economía, hoy afectada por el bloqueo estadounidense, la pandemia de la Covid-19, el cambio climático y tensiones globales.
 
El gobierno le otorgó un papel fundamental a la atracción de capitales foráneos, tecnologías y procedimientos que sin mellar la independencia y soberanía, contribuyan al desarrollo.
 
A tal efecto, se actualizaron las normas para flexibilizar las inversiones y se estudian otras porque el ritmo de aprobación todavía no está acorde con los requerimientos.
 
Es cierto que la mayor de las Antillas subscribió en el año en curso una treintena de ellos en sectores como el turismo, producción de alimentos, industria y servicios profesionales.
 
Pero las potencialidades y aspiraciones sugieren la posibilidad de aumentar las concertaciones, si bien las carencias materiales y la baja disponibilidad de divisas inciden en la marcha de la economía.
 
La trigésimo novena Feria Internacional de La Habana aporta una visión sobre las capacidades del país, incluso de aquellas industrias hoy paralizadas por carecer de materia prima.
 
A tener una mayor precisión sobre los ofrecimientos de Cuba aporta asimismo la nueva cartera de negocios en áreas como la producción de alimentos, fuentes renovables de energía, turismo, biofarmacéutica, sectores del conocimiento y para la aplicación de la ciencia y la innovación.
 
La nación caribeña busca atraer inversión de calidad, ajustada a su plan de desarrollo a mediano plazo y generadora de nuevos espacios para los interesados en traer hacia aquí sus capitales.  
 
Un punto de provecho para cualquier persona motivada a emprender proyectos lo constituye la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, al oeste de La Habana, con una década de funcionamiento y régimen fiscal atractivo.
 
El enclave cuenta con 64 negocios establecidos, 45 de ellos ya en acción, lo que pone de relieve su viabilidad, reafirmada además por el impacto en la economía doméstica.
 
El lema de que Cuba está abierta al mundo subrayado en la presente edición de la principal bolsa comercial del país, ilustra la relevancia de la cooperación de los  empresarios de otras latitudes.
 
Y se incluye a los cubanos residentes en el exterior, uno de los cuales ya formalizó un acuerdo inversionista, lo que será útil para sugerir a otros la sensatez de seguir sus pasos.