El malestar por el paquetazo del primer mandatario argentino dio lugar a un paro nacional.
Foto tomada de France 24

Por Roberto Morejón (RHC)

La primera huelga general en Argentina desde 2019 encontró en el poder a un ultraliberal, Javier Milei, empeñado en convencer de lo provechoso, según él, de renegar ciegamente del Estado. 

Multitudes de argentinos acudieron a concentraciones para reprobar las reformas del ultraderechista presidente.

Igual actitud asumieron quienes no asistieron a unidades de producción y servicios, en respuesta a una convocatoria de los sindicatos, y a las que se sumaron organizaciones sociales, de derechos humanos, artistas y otros sectores.

Hasta el conocido actor Ricardo Darín manifestó su desapego de las propuestas de Milei, reverenciado por las élites económicas en el Foro de Davos y el Fondo Monetario Internacional.

Mientras, el expresidente estadounidense Donald Trump y el multimillonario Elon Musk veneran a Milei, millones de argentinos lo reprochan y hasta una jueza declaró la invalidez de seis artículos del DNU, Decreto de Necesidad y Urgencia, dirigido a la desregulación económica.

La magistrada dio lugar parcialmente a una acción de amparo presentada por la Confederación General del Trabajo contra el Estado Nacional.

La iniciativa del gremio se hace eco del malestar por el paquetazo del primer mandatario, quien reguló la forma de pago de los sueldos, horas extras, convenciones colectivas de trabajo, el derecho a asambleas y recortó la administración pública.

Era demasiado para los castigados ciudadanos, por lo que protestaron solo 45 días después de que quien se define como “liberal libertario” asumiera el cargo y afirmara que será necesario apretar las clavijas para lograr un porvenir venturoso.

Muy propio de su forma de encarar la realidad,  funcionarios del nuevo gobierno insultaron a los organizadores de la huelga nacional en Argentina.

Ninguno de ellos admite que su shock neoliberal priva de derechos a las clases trabajadoras y vulnerables y de bonificaciones obtenidas durante el gobierno anterior, para paliar la inflación.

A solo seis semanas de la asunción de Milei, muchos argentinos lamentan que les va peor, pues los precios de la gasolina se han duplicado y el valor de la moneda se desplomó.

Llevar a la práctica la mayor muestra de oposición ha sido el recurso de los que sufren la desregulación, negados a otorgarle una tregua a Milei durante los primeros cien días, como es usual ante la llegada de un nuevo gobierno.