Nayib Bukele
Por Roberto Morejón
Aupado por una vasta campaña para reducir los índices de criminalidad, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, parece encaminarse hacia una holgada victoria en las elecciones venideras.
Está por ver si su partido Nuevas ideas puede obtener la mayoría en los comicios que también abarcan a la esfera legislativa.
Más de seis millones de salvadoreños están convocados a las urnas para determinar quién será el primer mandatario, el vicepresidente y los 60 diputados.
Cinco candidatos de la oposición, entre ellos Manuel Flores del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, y Joel Sánchez, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista, retan a Bukele, apoyado en una frenética campaña propagandística.
Quien fuera editor ha sido respaldado por la utilización más favorable de recursos públicos en la campaña electoral, refieren oponentes y organizaciones sociales.
En un informe sobre la consulta, el consorcio electoral Observa El Salvador arguye que las agrupaciones políticas carecieron del financiamiento mínimo del Estado, además de que el Congreso, con mayoría del partido Nuevas Ideas, aprobó reformas legales con incidencia directa en la porfía.
El documento recordó que la reducción del número de diputados de 84 a 60, un cambio de fórmula para calcular la asignación de escaños y variaciones en la división política administrativa, dificultaron la representación de minorías políticas.
A un Tribunal Supremo Electoral señalado por tener autonomía limitada, solo le quedaba acatar la interpretación de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia sobre la viabilidad de Bukele a optar por otro período, a pesar de prohibirlo la Constitución.
Suprimidos de obstáculos los senderos legales y políticos, restaba al gobierno sortear los cuestionamientos al continuado régimen de excepción y a la limitación de derechos.
Procedimientos a un lado, lo cierto es que la población percibe los efectos de la reducción considerable de los homicidios, de 2 mil 390 en 2019 a 496 en 2022, según cifras oficiales.
Para lograrlo, las fuerzas del orden llevaron a la cárcel a más de 75 mil presuntos miembros de bandas criminales.
Los críticos del gobierno aducen que las condiciones económicas y sociales que dieron pie a la delincuencia no han cambiado.
En las urnas se evidenciará si los salvadoreños recordarán esos factores o si se inclinarán por darle un nuevo mandato al presidente que redujo la violencia.