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Por Roberto Morejón

La avanzada de un donativo de arroz y la conclusión con ayuda de China del pozo petrolero de mayor longitud construido en Cuba, ilustraron en las últimas semanas el alcance y relevancia de la cooperación entre los dos países.

La industria cubana del petróleo informaba con satisfacción de la terminación del pozo de ocho mil 47 metros con la asistencia de la empresa china Gran Muralla.

Más reciente fue la visita a La Habana de Luo Zhaohui, presidente de la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de China, oportunidad en la que se concretó un donativo de arroz y se firmaron memorandos de entendimiento en la  industria agroalimentaria, biotecnología, transporte y comunicaciones.

La permanencia del ilustre visitante fue calificada por el gobierno anfitrión de significativa y reflejo de los consensos a los que arribaron los presidentes de ambos países, Xi Jinping y Miguel Díaz-Canel, quienes se han entrevistado varias veces.

Los más recientes acuerdos y otros anteriores se inscriben en el curso de unas relaciones destacadas por su matiz especial.

China entiende y coopera con la mayor de las Antillas en circunstancias apremiantes para esta última, a causa del recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos y la inclusión del país caribeño en una lista que Washington señala unilateralmente como patrocinadores del terrorismo.

Ahora bien, si los gestos y acciones de Beijing hacia La Habana son relevantes y abarcadores, también lo son las perspectivas de los intercambios.

El Primer Mandatario chino habló de una comunidad de futuro compartido y ante esa aspiración vienen a la mente los pasos dados en tal sentido.

China se ha consolidado como el segundo socio comercial de la tierra de José Martí, la segunda nación de origen de las importaciones y el principal destino de las exportaciones cubanas de bienes.

El Estado caribeño, hacia donde debe volar en mayo la línea aérea Air China, se unió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda y comparte con el gigante asiático parte de sus avances en la ciencia.

Como ha subrayado Cuba, la potencia mundial no impone requisitos políticos para el otorgamiento de créditos o facilidades financieras, todo lo contrario de lo especulado en parte de la prensa hegemónica y la llamada independiente, financiada desde el exterior.  

Las dos partes han imprimido celeridad a sus vínculos y las expectativas son amplias, como en el turismo, y  los cubanos son consecuentes con los compromisos contraídos.