Firmados acuerdos de colaboración entre PDVESA y PetroVietnam. (Foto:Youtube)

Por Roberto Morejón

La firma de Venezuela con Vietnam de nuevos acuerdos de cooperación en materia energética reafirma los planes de Caracas de reactivar su principal industria nativa, golpeada por las sanciones de Estados Unidos.

La estatal PDVSA, Petróleos de Venezuela, y PetroVietnam acordaron fortalecer las capacidades de comercialización y distribución de crudo y gas entre ambos países, en lo que constituye una señal positiva cuando la potencia del Norte reafirmó su hostilidad.

En efecto, la administración del presidente Joseph Biden decidió mantener las sanciones a Venezuela, al no renovar la llamada Licencia 44, la cual permitía a empresas energéticas hacer transacciones con el país sudamericano en la rama de petróleo y gas.

La autorización, solo en vigor por seis meses, permitió a Venezuela realizar algunas operaciones, pero no las suficientes como para aplicar un programa a fondo y a largo plazo de inversiones y mantenimientos.

Desde 2015 con el presidente Barack Obama, Estados Unidos incrementó sus coerciones a la industria del crudo de la nación bolivariana, a sabiendas de que era su pilar económico.

Pero el país norteño atenuó algunas sanciones y mantuvo otras muy lesivas a los sectores de petróleo, gas y minería, como parte de negociaciones el año pasado que condujeron a coincidencias entre el gobierno bolivariano y la oposición radical, con vista a un cronograma electoral.

Ya están a la vista los comicios presidenciales, el 28 de julio, pero Estados Unidos, la derecha internacional y la prensa hegemónica insisten en privilegiar a su candidata, María Corina Machado, inhabilitada por las autoridades del país sudamericano.

Dicho de otra forma, la Casa Blanca vuelve a esgrimir el garrote en todas sus variantes porque la situación en otro país, donde quiere imponer su arbitrio, marcha por un camino diferente al que esperaba.

La reacción de la Revolución Bolivariana fue rápida al rechazar la decisión más reciente de Estados Unidos y afirmar que no se detendrá ante bloqueos, sanciones o licencias.

En palabras del canciller Yván Gil, Washington pretende monitorear, tutelar, controlar y manipular la industria petrolera venezolana, a través de acciones unilaterales en su política ilegal de imposición de medidas coercitivas y licencias.

Le asiste la razón al Canciller. Según publicó recientemente PDVSA, las reservas probadas de crudo de Venezuela ascienden a más de 300 millones de barriles, las más grandes del mundo.