Partido Alternativa por Alemania
Por Guillermo Alvarado
Como es ya conocido, en las recientes elecciones para el Parlamento Europeo hubo un notable incremento de votos a favor de partidos de corte neofascista que, sin llegar a ser mayoría, consiguieron una buena cantidad de diputados en ese órgano legislativo del mecanismo integrador del Viejo Continente.
Hace un par de décadas nadie hubiese imaginado que tal cosa pudiese ocurrir en un territorio que conoció de primera mano los horrores de la II Guerra Mundial, iniciada por el régimen nazi encabezado por Adolfo Hitler y su camarilla de fanáticos.
Pero lo que llama poderosamente la atención es que este avance de las fuerzas más retrógradas, que propugnan el racismo, el odio a todo lo que es diferente, el ultranacionalismo y una feroz xenofobia, haya ocurrido precisamente en Alemania, cuna del Tercer Reich.
Pero eso no es todo, pues sucede que la agrupación de extrema derecha Alternativa por Alemania obtuvo la mayor parte de sus votos justamente en el este de ese país europeo donde, como recordarán muchos, existió la República Democrática de Alemania, RDA, hasta la disolución de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989.
Para muchos resultará contradictorio que una antigua zona declarada socialista hasta hace 35 años ahora florezca la mala hierba del neofascismo, pero la verdad es que este penoso fenómeno no del todo inexplicable.
Recuerdo que en una conversación con la escritora Christiane Barckhausen-Canale en ocasión de la presentación de su libro Tina Modoti, verdad y leyenda, ella me comentó que la reputada reunificación alemana jamás existió en realidad y lo que hubo fue más bien una ocupación política y económica.
Por ejemplo, todas las fábricas que existían en la RDA fueron desmanteladas y sus obreros despedidos y en su lugar se instalaron unos pocos consorcios de la República Federal, es decir la Alemania del oeste, con sus propios trabajadores, técnicos, especialistas y directivos.
“De pronto nos convertimos en el tercer mundo europeo” aseguró la literata, en alusión al desempleo, la pobreza y marginación derivados de ese hecho.
En 35 años muchas de esas brechas no se han cerrado. Por ejemplo, en el oeste los salarios todavía son mejores que en el este para trabajos de igual exigencia.
No hay que olvidar nunca que Adolfo Hitler surgió en medio de la gran crisis económica alemana después de la I Guerra Mundial, cuando la pobreza azotaba a la población de ese país. Tampoco se debe perder de vista que el grupo político por él fundado se llamaba Partido Nacional Socialista “de los Trabajadores de Alemania". Ojo con la historia.