Milei decidió no participar en Cumbre de Mercosur

por María Josefina Arce

El presidente de Argentina, Javier Milei, sigue dando de que hablar. El ultraliberal mandatario, como se define, decidió no participar en Asunción, Paraguay, en la recién celebrada  Sexagésimo cuarta Cumbre de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur, mecanismo del cual es miembro su país.

Por el contrario Milei prefirió viajar este fin de semana a Brasil para asistir a la denominada Conferencia Política de Acción Conservadora, una cita de la extrema derecha y que fuera inaugurada por el  ex mandatario brasileño Jair Bolsonaro.

El jefe de Estado argentino se decantó por compartir con Bolsonaro, quien en los últimos días fue imputado por la policía federal  por lavado de dinero y apropiación de bienes públicos, un caso referido a unas joyas no declaradas.

Aunque Buenos Aires estuvo representada por su canciller Diana Mondino, la notoria ausencia de Milei de la cita al más alto nivel del MERCOSUR manda un mensaje de cuáles son sus  verdaderos  intereses, que evidentemente no son trabajar en conjunto con la región por el bienestar de sus habitantes.  

Cuando los argentinos viven una compleja situación por las medidas económicas del gobierno que encabeza  Javier Milei, y que han llevado a un aumento de la pobreza, la desigualdad  y el desempleo, el presidente  pone en primer lugar su posición ideológica y deja de lado los beneficios para su país de pertenecer a ese mecanismo integracionista.

Pero recordemos que ya durante su campaña electoral había lanzado la idea de eliminar el MERCOSUR, algo impracticable pues ningún presidente de un estado parte tiene esa potestad, pero que da mucho que pensar.

Las críticas sobre su ausencia  no se han hecho esperar. Legisladores del PARLASUR, Parlamento del MERCOSUR, calificaron la postura del jefe de Estado argentino de un desplante al bloque regional.

El uruguayo Daniel Caggiani, senador por el Frente Amplio y miembro del PARLACEN, afirmó que la diplomacia presidencial tiene que ser utilizada para beneficio de las naciones y no para ahondar las controversias que puedan existir.

Para muchos con su actitud Milei está deteriorando una relación comercial y políticamente estratégica que lleva más de tres décadas en construcción.

Milei, que ya suma varios desaciertos en política exterior, parece no haber interiorizado todavía que rige por cuatro  años  los destinos de Argentina  y que por tanto, debe volcar toda su energía en trabajar por el avance y bienestar del país.