Ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy

por María Josefina Arce

La compleja situación del sistema electroenergético también ha estado en estos días en el foco de atención de los diputados cubanos, quienes han podido conocer sobre el trabajo que se realiza para avanzar en la meta de un cambio de la matriz energética del país y disminuir de ese modo la dependencia de los combustibles fósiles.

Es así que en la actualidad se labora en la instalación de parques fotovoltaicos, dada la alta potencialidad que tiene el archipiélago para el empleo de esta fuente de energía renovable por sus elevadas temperaturas gran parte del año.

De acuerdo con la información brindada a los parlamentarios, reunidos en La Habana como parte del Tercer Periodo Ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su Décima Legislatura, en lo que va de año se concluyó la construcción de tres de estas instalaciones, donadas por China y que ya tributan al sistema electroenergetico.

Se prevé llegar al emplazamiento en el país  de 92 parques fotovoltaicos, que posibiliten la generación de más de 2 MIL megawatts, con el consabido beneficio para la población y la economía.

Es este un proceso que por supuesto, no está exento de los obstáculos que impone el bloqueo norteamericano y que en este caso se materializa en la demora de la llegada de los recursos necesarios por las trabas bancarias.
 

Sin embargo, también se han registrado incumplimientos de inversiones en algunos proyectos en Ciego de Ávila, Guantánamo y Matanzas.

Y en el camino de impulsar el empleo  y diversificar  las llamadas fuentes limpias de energía, se han identificado a lo largo y ancho del territorio nacional 21 zonas con condiciones favorables para aprovechar la fuerza del viento y generar energía eléctrica.

Estas áreas para la  instalación de  parques eólicos se localizan principalmente en la costa norte centro oriental del archipiélago cubano, en particular desde la provincia de  Camagüey a Holguín, y la porción sur más occidental de Pinar del Río.

La transformación de la matriz energética del país es esencial para lograr un ahorro significativo de divisas, dada la variabilidad de los precios del petróleo en el mercado internacional, pero además para poder satisfacer la demanda de la población.

A esto se suma su importancia para llevar adelante la economía y que por falta de fluido eléctrico no se vean afectados los procesos productivos tanto en la industria como en la agricultura.

Sin dudas  es un gran reto cambiar la matriz energética del país, que además requiere del esfuerzo de todos y una mayor implicación de las universidades y las distintas formas de gestión de la economía.