Pierde el planeta

بقلم: María Candela
2024-11-16 08:13:56

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Captura de pantalla de La Sexta.

Por María Josefina Arce

Mientras en Bakú, capital de Azerbaiyán, en la Cumbre de la ONU sobre el Clima se debate sobre las negativas consecuencias del cambio climático y se busca aunar esfuerzos en su enfrentamiento, un fallo de un Tribunal de Apelación de los Países Bajos determinó que la transnacional petrolera Shell puede seguir contaminando el planeta.

La multinacional logró que se revirtiera una histórica decisión de 2021 que la obligaba a reducir las emisiones de CO2 en 45% para 2030, en línea con los compromisos internacionales para frenar el cambio climático.

Fue la primera vez, recuerdan los expertos, que un tribunal dictaminó que una empresa debía alinear sus políticas con el Acuerdo de París, suscrito en 2015 en la capital francesa.

El convenio busca reducir las emisiones de carbono para limitar el aumento promedio de las temperatura global 1,5 y 2 grados Celsius con el objetivo de frenar los efectos devastadores del cambio climático que amenaza a todo el mundo.

Pero una vez más se repite la historia. La realidad es que cuando estas empresas se ven involucradas en desastres ambientales la justicia lamentablemente tarda en llegar, si llega.

Y las transnacionales siguen, con sus irresponsables acciones,  poniendo las ganancias por encima de la protección del planeta y violando los derechos humanos, pues ambas problemáticas están relacionadas.

Shell por supuesto, no es la excepción. Documentos revelados arrojan como la petrolera respaldó hace más de 50 años investigaciones científicas que alertaban sobre los peligros de los combustibles fósiles para el medio ambiente y la sociedad.

Aunque estaba consciente del negativo impacto de sus acciones, la  multinacional avaló publicaciones que minimizaban u omitian los riesgos para el planeta y promovían el uso de los combustibles fósiles.

Pero como es sabido, Shell no es la única. Larga es la lista de las trasnacionales que están conscientes del daño que sus actividades ocasionan al entorno y a la humanidad.

Y lo más lamentable es que como señalara en Bakú el secretario general de la ONU, António Guterres,  "el sonido que se oye es el tic tac del reloj. Estamos en la cuenta atrás final para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados y el tiempo no está de nuestra parte".



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