Biden indulta a su hijo Hunter
por Guillermo Alvarado
En la fachada oeste del edificio que alberga a la Corte Suprema de Estados Unidos está escrita la frase “Igual justicia bajo la ley”, un concepto que significa, en principio, que todos, absolutamente todos los ciudadanos de ese país son idénticos en derechos y obligaciones.
Digo “en principio” porque la evidencia práctica indica que esto no siempre funciona de esa manera, y si alguna prueba hacía falta para tener total certeza la dio el mismo presidente de la potencia norteña, Joseph Biden, en la que será una de las jugadas más polémicas de su gestión.
El gobernante aplicó un derecho constitucional reservado al jefe de la Casa Blanca y dictaminó la absolución de su hijo Hunter, quien estaba acusado de delitos graves que se sancionan con largos períodos de prisión.
El hijo del presidente debía responder ante la ley por evasión de impuestos, cargo del cual él mismo se declaró culpable para rebajar la sentencia, así como por mentir en una declaración jurada para comprar un arma de fuego.
Como se recordará, en Estados Unidos los delitos fiscales y el perjurio son hechos graves y el primero de ellos puede sancionarse hasta con 27 años de prisión.
Respecto a la responsabilidad penal de su hijo, el presidente Biden afirmó durante una rueda de prensa el reciente 8 de noviembre que descartaba totalmente concederle un indulto. "Nos han hecho esa pregunta varias veces y nuestra respuesta sigue siendo la misma: no", aseguró.
No pasó un mes y en otra declaración pública en la noche del domingo pasado señaló que "Este día firmé un indulto para mi hijo Hunter". Los argumentos del jefe de la Casa Blanca son que su descendiente fue objeto de una persecución política y un “error” judicial.
Los hechos, sin embargo, apuntan para otro lado. El vástago presidencial se declaró culpable de evadir impuestos y existe un principio del derecho que dice: a confesión de parte, relevo de pruebas.
Es decir que, si un presunto culpable admite su falta, no se necesitan más evidencias para procesarlo y sancionarlo.
Por otro lado, es de conocimiento público que esta persona en cuestión ha tenido problemas de adicción a las drogas, un antecedente que le impide comprar legalmente un arma, lo cual de hecho hizo, lo que significa simple y llanamente que mintió.
A pocas semanas de dejar el cargo, el presidente Biden demostró, una vez más, que en la nación donde el dinero es más importante que otra cosa, no todos son iguales a la hora de enfrentar a la justicia.