Imágen: Mindomo.

Por: Roberto Morejón

El curso de 2024 arrojó elevadas temperaturas, inundaciones inusitadas, huracanes destructores y más víctimas y damnificados a causa del cambio climático.

Lo que a simple vista se sufre en diversos países y regiones lo confirman los científicos con su rigor habitual.

Así lo subraya un informe de World Weather Atributtion y Climate Central, entidades especializadas en el desempeño del cambio climático.

Entre las revelaciones más sobresalientes emerge la de que el mundo soportó el año que termina un promedio de 41 días añadidos de calor peligroso en relación con la media de los últimos años.

No son pocos los que hablan de que el período citado sea el más caluroso jamás registrado.

Arabia Saudita padeció más de 70 días con altas temperaturas y en zonas del ecuador el período fue superior a los 130.

Las temperaturas al alza inflamaron México y Centroamérica y pusieron en peligro a los niños ya sensibles en África Occidental.

Esa región del llamado continente negro también fue noticia por otro fenómeno.

Las inundaciones en Sudán, Nigeria, Níger, Camerún y Chad figuran como el desastre que más muertes causó de todos los estudiados por el grupo, con al menos 2.000 personas fallecidas, según las entidades apuntadas.

Los entendidos coinciden a grandes rasgos en la advertencia sobre venideros desastres naturales más acentuados y para evitarlo recomiendan el tránsito más raudo hacia las energías limpias.

Dicho de otra forma, para mitigar las olas de calor, sequías, incendios forestales, huracanes voraces e inundaciones devastadoras se impone recortar la quema de combustibles fósiles y el uso del gas y el carbón.

Mucho más cuando los científicos a cargo de las conclusiones aludidas son precisos al señalar que el cambio climático aumentó 26 de los 29 fenómenos meteorológicos estudiados y que dieron muerte al menos a tres mil 700 personas y desplazaron a millones.  

Ante análisis como el citado y cuando despedimos 2024 vienen a la mente las imágenes de las tormentas devastadoras en el Caribe y Estados Unidos y de la DANA de Valencia, España.

Atender a los científicos es insoslayable, pues ellos alertan de que el calentamiento global amenaza con provocar cambios irreversibles en los ecosistemas.

Además, los países del Sur global figuran entre los más castigados cuando los termómetros reverberan, de ahí el aumento de sus penurias.