Por: Roberto Morejón

Veintitrés años después de perfilarse el método cubano “Yo sí puedo”, el cual combina números y letras para enseñar a leer y escribir, se abre camino nuevamente en Panamá.

Por sugerencia del líder histórico Fidel Castro, en 2001 comenzaron a trabajar en Cuba en una cartilla novedosa para atender a iletrados, con el apoyo de recursos audiovisuales donde es posible.

La doctora en Ciencias Pedagógicas Leonela Relys, encabezó la creación de la cartilla, enfilada hacia la asistencia a otros países y diseñada para adaptarse a diversas situaciones económicas, sociales y lingüísticas.

Por esas características y su objetivo esencial de insertar activamente a los participantes en las tareas sociales y económicas de su país, el método creado en la mayor de las Antillas ha sido de interés de muchos países.

Personas mayores de 15 años que nunca asistieron a la escuela o solo cursaron algunos años y olvidaron lo aprendido, son los mayores beneficiados.

Lo pueden constatar venezolanos, argentinos, brasileños, hondureños, angolanos, bolivianos y sudafricanos e incluso panameños, a quienes les llegó la noticia de la reanudación de la experiencia, después de un cese transitorio.

Los gobiernos de la mayor de las Antillas y Panamá firmaron un convenio para continuar el programa de alfabetización asentado en el método pedagógico “Yo sí puedo”.

No se trata de algo nuevo en la nación istmeña porque se inició en 2007 y ha permitido capacitar a más de 83 mil personas, de ellas 73 por ciento mujeres.

El gobierno local tiene aspiraciones para complementar la iniciativa con recorridos por las comunidades, a fin de reconocer a los alfabetizados y promover voluntarios para sumarse a la campaña para enseñar a leer y escribir.

De esta manera, la idea del programa pedagógico se revela como una de las aristas más sobresalientes de la cooperación entre las dos naciones.  

Para las autoridades panameñas, el procedimiento resulta muy económico y arroja balances positivos, como se evidencia en la alfabetización de cerca de 5 millones de personas en 28 países.   

Para todos los cubanos y en especial a los educadores que colaboraron con la doctora Leonela Relys constituye un orgullo conocer nuevas solicitudes de utilización de esta técnica educativa.

Así se sintieron cuando la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, le entregó al programa el Premio Alfabetización 2006 Rey Sejong.