Imagen: El Peruano
Por: Roberto Morejón
Las relaciones entre países de América Latina y el Caribe y China crecen notablemente, proceso que irrita a las administraciones de Estados Unidos, incluyendo la encabezada por Donald Trump.
Un punto de vista opuesto manifiestan en la región al sur del Río Bravo, pues aprecian que los vínculos económicos aportan dividendos a las dos partes, libres de intentos hegemonistas.
El comercio entre América Latina y China se multiplicó 35 veces en las últimas dos décadas, al punto de que el gigante asiático desplazó a la Unión Europea como segundo socio comercial de la región y es el mercado de exportación más relevante para América del Sur.
En tanto, América Latina y el Caribe se erige en el cuarto socio comercial de China.
Una defensa de esos lazos y la reafirmación del interés de Beijing de fomentar el apoyo mutuo con América Latina, corrió a cargo del ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi.
Durante una reunión de la Asamblea Popular Nacional de China, el canciller destacó que en los vínculos con la región citada no existen cálculos geopolíticos y rigen los principios de igualdad y beneficio mutuo.
La reafirmación de una política de ese corte, demostrada en la práctica, es oportuna ante las falsedades y mitos levantados por Estados Unidos y ahora por el equipo de Trump.
Como parte de sus conceptos expansionistas, el republicano reiteró apetencias de recuperar el Canal de Panamá, bajo el control de China, según los argumentos del inquilino de la Casa Blanca.
China rechazó tales aseveraciones, magnificadas por el secretario norteamericano de Estado, Marco Rubio, durante su visita a Panamá.
A propósito, el canciller chino, Wang Yi, subrayó recientemente que los países latinoamericanos aspiran a la independencia y no a la Doctrina Monroe.
Y en expresión de esa independencia ganan relieve las acciones como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, proyecto que ha favorecido a personas en más de 150 países, de ellos, cerca de 20 en América Latina.
El presidente chino, Xi Jinping, viajó a Perú en noviembre último para participar en una reunión de la APEC, Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, momento en el que también fue noticia la inauguración del puerto de Chancay.
La rada debe atraer más de tres mil millones de dólares en inversiones, para crear una ruta directa a través del Océano Pacífico.
Beijing negó que el enclave esté motivado por fines militares, como mencionaron funcionarios estadounidenses, quienes como Marco Rubio están decididos a obstaculizar la mutuamente beneficiosa relación entre América Latina y China.
