por María Josefina Arce

Diariamente noventa personas mueren en Estados Unidos a causa de la violencia generada por las armas de fuego, un problema que el presidente norteamericano, Barack Obama, pretende disminuir antes de concluir su mandato.

En los últimos dos años, el primer mandatario emprendió varias iniciativas para controlar las armas de fuego y tomó más de una veintena de acciones ejecutivas al respecto.

Sin embargo, estas medidas no obtuvieron la aprobación del Congreso para seguir adelante, ante la oposición del liderazgo republicano y de organizaciones como la Asociación Nacional del Rifle, que defienden los intereses de los productores de esos artefactos.

Dada la inactividad del Congreso en el tema, el presidente haciendo uso de sus poderes ultimó un paquete de medidas con la esperanza de reducir los hechos de esta índole.

El propio Obama ha manifestado que el plan podría "salvar vidas", aunque reconoció que no elimina del todo el problema de los crímenes violentos en Estados Unidos.

La atención de estas medidas está sobre los revendedores de armas de fuego: que operan en línea o en muchas ferias altamente frecuentadas, quienes serán obligados a tener una licencia para la venta y a llevar a cabo controles y verificaciones sobre los antecedentes de los compradores.

El presidente dispone además que el FBI, Buró Federal de Investigaciones, incremente el 50% de su personal dedicado a realizar tales verificaciones, con la contratación de más de 230 nuevos examinadores.

El paquete de medidas también prevé dedicar unos 500 millones de dólares adicionales al tratamiento de las enfermedades mentales, una medida que sí necesita el apoyo del Capitolio y que muchos califican como una respuesta a los que afirman que gran parte de los responsables de las numerosas tragedias son personas afectadas por problemas mentales.

Como era de esperar las medidas anunciadas han generado distintas reacciones, especialmente entre los aspirantes tanto demócratas como republicanos a candidatos a la Casa Blanca.

Mientras la precandidata demócrata, Hillary Clinton, felicitó la decisión del presidente, el postulante republicano Donald Trump anunció que si es electo anulará la medida.

Lo cierto es que en Estados Unidos hay unos 300 millones de armas de fuego en circulación, una cada tres hogares, y que cada día se registran en el norteño país tragedias que visten de luto a la sociedad norteamericana.