por María Josefina Arce

Desde este año Cuba, apoyada por agencias internacionales, desarrollará un proyecto para proteger el medio ambiente en cuatro importantes sistemas montañosos del país, que albergan una gran biodiversidad.

Los macizos escogidos para este programa son los de Guaniguanico, en las provincias de Pinar del Río y Artemisa, el de Guamuhaya, en Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus, Bamuranao, en Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, y el de Nipe-Sagua Baracoa, que abarca a Holguín, Santiago de Cuba y Guantámano.

Estos lugares, de acuerdo con los especialistas, son poseedores de una gran diversidad de fauna de invertebrados en el país, con un total de 1 769 especies de insectos y 650 de moluscos terrestres, muchos de los cuales son endémicos de esas zonas.

Hasta el momento no han sido suficientes las diversas iniciativas que se han adoptado, pues muchas de esas especies continúan amenazadas entre otros factores, por los incendios incontrolados, la contaminación, el uso de prácticas agrícolas y ganaderas inadecuadas y la minería a cielo abierto.

El PNUD, Programa de la ONU para el Desarrollo, y el Fondo para el Medio Ambiente Global participan en este proyecto, que propone un cambio de paradigma en la preservación de la biodiversidad y en la gestión de manejo de las áreas protegidas en Cuba.

Con la capacitación de guardabosques, trabajadores de la agricultura y campesinos comenzó esta iniciativa, que tiene entre sus finalidades el diseño de corredores biológicos necesarios, de acuerdo con los especialistas, para poder adoptar acciones de defensa ante cualquier situación de desastre.

Este proyecto de gran impacto ambiental se suma al que desde hace más de tres décadas puso en práctica el gobierno cubano en las zonas montañosas del país, denominado Plan Turquino y que ha traído notables beneficios para los pobladores.

El Plan Turquino no está limitado a garantizar la salud y la educación, entre otros derechos, a la población de esos lugares, sino que también juega un papel importante en el desarrollo productivo de las zonas montañosas, que se busca esté conjugado armónicamente con el desarrollo social y la conservación de la naturaleza.

De ahí que venga a ser un apoyo a esta nueva iniciativa que durante ocho años y bajo el lema de Conectando Paisajes, tendrá la particularidad de trabajar desde la cima hasta la base de la montaña para preservar el valioso hábitat de numerosas especies, muchas de ellas endémicas de Cuba.