por Guillermo Alvarado

Los nicaragüenses celebraron el noveno aniversario del retorno del sandinismo al gobierno en el país centroamericano, que dio continuidad a la Revolución triunfante del 19 de julio de 1979 y se traduce hoy día en mejores condiciones de vida para la mayoría de la población, sobre todo entre los más vulnerables, y una economía confiable y sólida que garantiza el futuro de la nación.

Después de ser uno de los más atrasados de la región centroamericana en prácticamente todos los sectores, fruto de intervenciones foráneas y una feroz dictadura encabezada por el clan de los Somoza, Nicaragua ha ido borrando paulatinamente las huellas de la miseria, la insalubridad y la ignorancia y está en estos momentos bien ubicada en los carriles del desarrollo, como lo demuestran recientes estadísticas.

Recordemos que en 1979 un movimiento revolucionario dirigido por el Frente Sandinista para la Liberación Nacional, FSLN, puso fin a la dictadura, pero debió enfrentar casi de inmediato una brutal agresión económica, política y militar dirigida y financiada por Estados Unidos que desangró y llevó a la nación prácticamente a la bancarrota, provocando una dolorosa derrota en las urnas en febrero de 1990 y el retorno del neoliberalismo de la mano de Violeta Chamorro y sus sucesores.

El trabajo continuo y organizado de los sandinistas hizo posible la vuelta al poder en 2007 y la recuperación paulatina del país, al que la derecha ocasionó daños terribles durante su gestión.

En el plano económico, en 2006 las inversiones extranjeras fueron apenas de 280 millones de dólares y en 2015 alcanzaron casi 1 500 millones, mientras el número de países inversionistas se ha duplicado al pasar de 20 a 40.

Los avances no solo son claros en el crecimiento económico, la creación de empleo formal o las inversiones, sino también en otros aspectos, como la cobertura eléctrica, que pasó de 54% en 2006 a más del 85 en la actualidad.

El gobierno sandinista también impulsó programas como Hambre Cero, destinado a facilitar la producción de alimentos en los hogares, así como Usura Cero, que ofrece créditos a muy bajo costo para proyectos que favorecen en primer lugar a madres solteras y jefas de familia.

En medio de una coyuntura internacional adversa por la caída de los precios de las materias primas y los efectos persistentes de la crisis financiera global, la economía nicaragüense creció en cuatro puntos en 2015, entre los mejores registros de la región, y está previsto que este año el alza del Producto Interno Bruto esté ubicada entre 4,5 y 5%.

En las zonas del Pacífico, centro y la costa del Caribe la pobreza general descendió entre 2009 y 2014 de 42,5% a 29,6 y la extrema cayó de 14,6 a 8,3.

Todo ello se ve reflejado en las condiciones que vive Nicaragua, con buenos niveles de seguridad en una región donde persiste la violencia, una intensa actividad social, política y cultural, así como un importante reconocimiento en la arena internacional, donde disfruta de respeto y reconocimiento.