Visitas ministeriales simultáneas y la firma de un convenio sobre aviación civil destacaron las posibilidades de cooperación entre Cuba y Estados Unidos, a pesar de sus diferencias, pero el bloqueo frena iniciativas.

Durante la visita de trabajo a Estados Unidos del ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, se concretaron importantes encuentros y se ofreció información a la poderosa Cámara de Comercio.

Tantos años de diferendo privaron a los hombres de negocios del país norteño de la precisa documentación sobre la realidad económica de Cuba, empeñada en captar inversiones externas para su desarrollo.

Fue esencial explicarles que contarían en Cuba con incentivos fiscales y un mercado con alto nivel de capital humano, estratégica ubicación geográfica y en paz.

En Cuba, además, crecen el Producto Interno Bruto, la producción manufacturera y el arribo de turistas y no se limita a las compañías estadounidenses, por lo que las oportunidades de inversión están a su disposición, al igual que para otras naciones.

Así lo constató una empresa estadounidense fabricante de tractores que exhibe la singularidad de contar con una reciente licencia del Departamento del Tesoro para instalarse en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, al oeste de La Habana.

Pero desafortunadamente el bloqueo impide nuevos movimientos en esa dirección.

El cerco también frena el auge de las visitas de estadounidenses a Cuba, ahora que se cuenta con un acuerdo para el establecimiento de conexiones aéreas regulares.

En un hecho inusitado en las últimas cinco décadas, los dos gobiernos suscribieron un Memorando de Entendimiento en tal sentido, para cuya finalidad viajó a La Habana el secretario norteamericano de Transporte, Anthony Fox.

La rúbrica tuvo repercusión porque representantes de American Airlines, United Airlines y Delta aplaudieron la posibilidad de establecer veinte vuelos diarios a La Habana y diez a otros nueve aeropuertos cubanos.

Si bien la cifra de visitantes estadounidenses a Cuba llegó al récord de 160 mil en 2015, todavía está prohibido hacer turismo por las cláusulas del bloqueo.

Se trata de sanciones obsoletas, según opinaron empresarios estadounidenses que escucharon a Rodrigo Malmierca en Washington y congresistas de la nación norteña que viajaron a esta capital.

El legislador republicano Tom Emmer afirmó que no se discute si se va a levantar el embargo, como él lo denomina, sino cuándo.

A pesar de buenos deseos como los de él, persiste un valladar que sólo el Congreso puede desmontar, aunque las medidas de flexibilización del presidente Barack Obama pueden ir más lejos, pues las dictadas son positivas, pero insuficientes.

Es lamentable cuando tantas personas creen que la cooperación es mutuamente provechosa.