Por: María Josefina Arce
Una reforma del actual sistema de pensiones es uno de los propósitos del gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén que busca garantizar con más equidad y justicia una vejez digna a todos los salvadoreños.
Esa es una antigua deuda, tras décadas de gobiernos neoliberales que privatizaron el fondo de pensiones que hoy no cubre a toda la población en edad de retiro. De acuerdo con las estadísticas, el 80 por ciento de las jubilaciones no son dignas y la cobertura sigue siendo del 24 por ciento de la población económicamente activa, igual que en 1998.
Los analistas recuerdan que la privatización de sistema previsional impulsada en 1998, solo estaba enfocada en la profundización del modelo económico neoliberal y las recetas dictadas por organismos financieros internacionales.
Fue así que este derecho de todo trabajador se convirtió en un negocio para obtener ganancias. De acuerdo con los especialistas, durante el período 2000-2014, las administradoras privadas de pensiones tuvieron ganancias de 255 millones de dólares lo que les permitió recuperar el capital social invertido en 8.8 veces.
El presidente Sánchez Cerén ha dejado bien claro que el nuevo sistema generará oportunidades de ir sembrando las bases para una pensión universal para todas aquellas personas mayores de 70 años, al tiempo que desmintió que se vaya a aumentar la cotización o la edad de retiro, como pretende hacer creer la oposición.
Son estas precisamente las recomendaciones hechas por el sector privado: aumentar la edad de jubilación de los trabajadores en cinco años más, así como subir el porcentaje de cotización que en la mayoría de los casos rondará en un 30 % del salario, para solventar las bajas pensiones que recibirían los cotizantes con el sistema actual.
La reforma que propone el gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional está basada en un serio estudio que analiza el comportamiento de edad y esperanza de vida de la población salvadoreña.
Es así que se ha tenido en cuenta que en los próximos 40 años El Salvador tendrá una población de jóvenes, lo que se traduce en fuerza laboral que cotizará en el sistema de pensiones.
El gobierno del presidente Sánchez Cerén busca restituir un derecho de todos los salvadoreños, tener una vejez digna, con un retiro que garantice una calidad de vida, luego de años y años de trabajo. Por eso ha dejado bien claro que esta propuesta busca crear una base para impulsar posteriormente una "pensión universal" que incluya a los que no tienen la oportunidad de tener una pensión en la vejez.
La reforma podría ser presentada la próxima semana ante el Parlamento, en un nuevo esfuerzo de las autoridades de saldar viejas deudas con la sociedad salvadoreña, tras décadas de gobiernos neoliberales que sumieron al país centroamericano en la crisis y la pobreza.