Por María Josefina Arce

Con serenidad y total respeto acogió el gobierno del presidente Evo Morales los resultados del referendo constitucional efectuado en Bolivia el pasado domingo y en el que por estrecho margen se impuso el NO a un cambio en la Carta Magna del país andino.

Desde un primer momento Morales había dejado claro que su gobierno respetaría la voluntad del pueblo boliviano en las urnas y que independiente de los resultados continuaría con las profundas transformaciones que han tenido lugar en el país desde que asumiera el cargo en 2006 y que han llevado a un sostenido crecimiento económico.

En importantes ciudades como La Paz, Oruro y Cochabamba ganó la opción a favor de un cambio en la constitución que habilitara a Morales y al vicepresidente Alvaro García para su repostulación en los comicios de 2019.

Destacan los resultados en La Paz donde los defensores del cambio se impusieron en todos los municipios, excepto en La hoyada, a pesar de la campaña desatada por la oposición previa a la consulta.

Niveles sin precedentes registró el triunfo del Sí en ese departamento donde obtuvo 55,53 por ciento, frente a 44,47 del NO.

Como no se pueden negar los resultados económicos y sociales de los diez años del mandato de Morales, que ha significado además una estabilidad política y social no conocida hasta ahora por Bolivia, la derecha como es habitual recurrió al viejo método de intentar desacreditar al presidente. Durante semanas previas al referendo, la oposición desplegó una intensa campaña mediática en contra de la figura de Evo Morales, acusándolo sin pruebas de supuesto tráfico de influencias y manipulando temas de su vida privada.

Sin embargo, es evidente que aunque la sucia campaña influyó en los resultados, el presidente cuenta con un alto respaldo entre la población que no puede pasar por alto que bajo su mandato logró recuperar de las manos de las transnacionales foráneas los recursos naturales de Bolivia.

Gracias a la nacionalización de los hidrocarburos, primera medida de Morales a su llegada al poder en 2006, el país puede destinar hoy grandes sumas a programas sociales que han permitido sacar de la miseria a más de dos millones de bolivianos, que además cuentan hoy con acceso a la salud y la educación.

El gobierno dio también una lección al mundo al organizar una consulta con toda la población, que acudió en alto porcentaje a las urnas, y desarrollar un proceso calificado de transparente y tranquilo por los observadores internacionales, entre ellos la misión de UNASUR, Unión de Naciones Suramericanas,

Por el bien de Bolivia continuará trabajando Evo Morales, el primer presidente indígena del estado plurinacional, consciente de su compromiso con los sectores más humildes de la nación andina.