Por: Roberto Morejón

El séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba hace un aporte decisivo a la institucionalidad del país, como ocurre al analizar la conceptualización del modelo económico, sujeto a cambios y, por lo tanto, susceptible de interpretaciones diversas.

Una propuesta al respecto presentada al foro fue enriquecida con opiniones escuchadas en discusiones previas en las estructuras del Partido Comunista, a las que se sumaron invitados.

Por primera ocasión se presentó un documento de ese corte a un congreso del Partido Comunista de Cuba, con las bases teóricas y peculiaridades del modelo económico que se pretende labrar.

Los participantes en el análisis manifestaron criterios sobre asuntos tan complejos como el período histórico de la construcción del socialismo en Cuba y los problemas agudizados durante la etapa más álgida de la crisis económica.

Los militantes de la organización rectora de la sociedad cubana expresaron igualmente consideraciones sobre las diversas formas de propiedad de los medios fundamentales de producción, e hicieron hincapié en la propiedad privada.

Este último asunto es natural que genere interpretaciones porque si bien la propiedad colectiva es mayoritaria en Cuba, la NO estatal crece, como las formas cooperativas y de trabajo autónomo.

Ahora bien, como se puso de manifiesto en el séptimo congreso, el proyecto para la conceptualización del modelo económico y social de desarrollo socialista subraya que se evitará la concentración de la propiedad y riqueza en sujetos NO estatales.

Se trata de un principio bien delimitado, aunque se exhortó a borrar prejuicios sobre un sector económico que mucho puede aportar en la creación de bienes y la calidad de los servicios.

Los delegados al congreso del Partido Comunista de Cuba también centraron su atención en otros aspectos relacionados con la conceptualización del modelo económico, a partir del proyecto presentado al foro.

Así fue con el reconocimiento del papel del mercado en la economía y por lo tanto de las reglas de la oferta y la demanda.

El patrón económico en fase de actualización en Cuba concibe esa realidad que, según se define, NO debe estar reñida con el principio de la planificación, esencial en el socialismo.

Tal y como han opinado los delegados al séptimo Congreso del Partido Comunista sobre los referidos tópicos, podrán hacerlo todos los ciudadanos en el futuro.

Será así en reuniones a las que convocarán organizaciones políticas y de masas, para escuchar puntos de vista acerca del proyecto de conceptualización del modelo económico y social cubano y los ejes del plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030.

Al cerrar las cortinas del séptimo Congreso del Partido se alistará un epílogo de nuevas consultas.