Por: Guillermo Alvarado

El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel expresó su solidaridad y apoyo a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y advirtió sobre las nefastas consecuencias que tendría para ese país y toda la región si se impone el proyecto golpista parlamentario, cuya fase decisiva está en manos de una comisión senatorial dominada por la oposición.

« Estamos muy preocupados por lo que está sucediendo en Brasil » dijo el defensor humanitario y recordó que entre los objetivos de los golpistas y sus patrocinadores está no sólo destruir todo lo conquistado por los gobiernos del Partido de los Trabajadores, sino que también atacar los nuevos modelos de integración que se construyen en América Latina y El Caribe.

Recordó Pérez Esquivel que ya la derecha afín a los intereses de Estados Unidos golpeó al Mercosur con la destitución, por vías similares a las que intentan deponer a Rousseff, al presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

Además, estas fuerzas han logrado retardar indefinidamente el ingreso de la Venezuela Bolivariana a este mecanismo.

Antes, sacaron del poder en Honduras a Manuel Zelaya, justo poco después de que este había firmado su ingreso a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, el ALBA, una iniciativa que genera particular ojeriza en los pasillos de Washington por sus profundos conceptos de solidaridad, cooperación y complementación económica entre sus socios, que sustituyen a la tradicional competencia y egoismo de los postulados capitalistas.

No resulta casual, entonces, que ahora se pretenda borrar un proyecto que en los últimos años ha logrado en Brasil sacar de la pobreza a decenas de millones de personas por medio de programas sociales que generan empleo, salud, educación y una vivienda digna para los excluidos.

Pérez Esquivel, quien se reunió con Dilma Rousseff y habló en una sesión especial del grupo de senadores que estudian la solicitud de destitución de la jefa de Estado, puso énfasis en lo que está ocurriendo en su propio país, Argentina.

Allí, dijo, Mauricio Macri Macri hizo campaña hablando de pobreza cero pero en sus primeros 100 días generó 1,4 millones de nuevos pobres según la Universidad Católica Argentina.

También habló de honestidad pero él y algunos de sus ministros están involucrados en el escándalo de los llamados Papeles de Panamá. Los únicos impuestos que redujo fue a las grandes corporaciones y para el pueblo eliminó subsidios, empleos y aumentó de manera drástica las tarifas de los servicios públicos, entre ellos el gas, la electricidad y el transporte.

En Brasil también están en juego proyectos de alcance global, como lo es el futuro del grupo BRICS, formado por las principales economías emergentes de la actualidad, como el propio gigante sudamericano, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Estos países han hecho esfuerzos enormes para liberarse de la tiranía del dólar estadounidense en el comercio exterior , además de crear sus propios instrumentos de crédito y de movimientos financieros, que no dependan del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Se ha dicho hasta la saciedad que no existen argumentos jurídicos para destituir a Dilma Rousseff, pero esto poco parece importarle a los senadores de la llamada oposición, así como a sus patrones que están avidos por poner sus manos encima a las extraordinarias riquezas de esa nación.

Por eso, más que ante una comisión de senadores, el campo de batalla para defender la democracia debe estar en las calles y una buena oportunidad para demostrar la fuerza del pueblo será este 1 de Mayo cuando los trabajadores, de Brasil y de toda América Latina y El Caribe, denunciarán el golpe y rechazarán los intentos de la derecha más reaccionaria de convertirnos de nuevo en traspatio de la principal potencia imperial.