por Nicanor León Cotayo
Un editorial del Nuevo Herald señaló este martes que, de sus aproximadamente tres millones de habitantes, 530 320 viven, por debajo del umbral de pobreza.
El escrito informó además que la división entre ricos y pobres se ha ensanchado allí peligrosamente.
En ese contexto el editorial, Un esfuerzo conjunto para reducir la pobreza en Miami, advirtió que tan chocante disparidad estropeará las perspectivas financieras del condado.
Y con tono solemne escribió: para todos nosotros “son desafíos que no se pueden ignorar”.
Luego, como dirigiéndose a quienes todavía puedan dudar, afirmó “hay cifras que respaldan el sombrío pronóstico financiero en nuestra región”.
El Herald subrayó que la pesquisa se llevó a cabo por la Universidad Internacional de la Florida (FIU), cumpliendo el encargo de varios concejales del municipio floridano, a quienes presidió su jefe, Jean Monestime.
La publicación aseveró que no se habla de una cuestión ajena a sus residentes.
¿Motivos? La pobreza puede alentar violencia en los barrios, disminuir el rendimiento académico y empeorar la salud, todo lo cual tiene un costo para la comunidad.
Otro estudio, a cargo de una institución de la FIU, reveló que el famoso auge del sector inmobiliario “no ha disminuido el alto nivel de pobreza ni causado una recuperación de los ingresos locales perdidos durante la recesión.
Mark Rosenberg, presidente de la FIU y de la Cámara de Comercio del Gran Miami y presidente de FIU, escribió que, si no actúan ahora, Miami puede estancarse o “hasta decaer”.
Este condado, añadió, no es el único afectado por el desequilibrio social, pero sí donde es más difícil salir de la pobreza.
Kevin Greiner, uno de los autores del estudio de la FIU, manifestó:
“Desde la recesión muchos de los ingresos medios que teníamos no han regresado y han sido reemplazados por otros de baja remuneración”.
Un audaz observador se atrevió a comentar: es Miami no os asombréis de nada.