por  Nicanor León Cotayo

El político de origen cubano que nació en Miami tiene un historial tan nebuloso como funesto. Hace algunos días Univisión, la más importante cadena televisiva de habla hispana en Estados Unidos, reveló pruebas que lo empujan a un lugar muy incómodo.

La emisora tituló su comentario: “Marco Rubio entre drogas, narcotráfico y más…”

No obstante sus retorcidos antecedentes políticos fue uno de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana para las elecciones de noviembre.
 
Además ha promovido listas de funcionarios venezolanos supuestamente ligados al narcotráfico, e incluso bloqueado su entrada a Estados Unidos.

Uno de los “cerebros” de esa puesta en escena, Marco Rubio, exhibe en su historial nexos con el negocio sucio de las drogas ilegales.

De acuerdo a Univisión, hay un suceso en la vida personal y familiar de Rubio que marcó su adolescencia de manera indeleble, tanto que no acepta hablar sobre ello.

Dos importantes medios, The Washington Post y Univisión, se encargaron de removerle la herida.

Cabe destacar que esto al segundo le valió el montaje de una “furibunda campaña” lanzada por voceros del Partido Republicano.

¿Qué sucedió? Cuando Rubio tenía 16 años de edad la policía irrumpió en su vivienda –mientras ejecutaban la más importante operación antinarcóticos de 1987-  “para arrestar a su hermana Bárbara y su esposo, Orlando Cecilia”.

Según documentos públicos echados a rodar por Univisión, la fiscalía federal de Miami ordenó la confiscación de la casa de Bárbara “por ser usada para actividades criminales”.

Otra propiedad de la pareja,  en North Miami Beach, y debido a la misma razón, también fue incautada.

¿Y su cuñado Orlando? Finalizó  en prisión con una sanción de 25 años de cárcel por “conspiración para distribuir cocaína y marihuana”.

Un periodista e investigador canadiense, Jean-Guy Allard, agregó entonces las siguientes piezas a la historieta:

El grupo de narcotraficantes con el cual se movía la pareja, bajo la jefatura del conocido traficante de origen cubano Mario Tabraue, estuvo involucrado en la muerte de un informante federal.

Cuyo cadáver trató de dividir en pedazos con un machete, según revelaron durante el juicio que le llevaron a cabo.

Aunque lo sancionaron a 100 años de cárcel, Orlando Cecilia fue liberado en noviembre de 2000 y se alojó desde esa fecha en la residencia de la familia Rubio, en Miami, donde aparece  como co-propietario.

Al respecto Jean Guy Allard subrayó:

“Tales ‘reducciones de penas’ son comunes en el narco-universo de la Florida, el estado donde Marco Rubio prosperó, aupado por miembros de la ultraderecha de origen cubano.

A pesar de todo, más tarde Marco Rubio logró un escaño en el Senado de Estados Unidos.

He aquí una muestra de los trapos sucios que acompañan la vida política del insólito ex aspirante a la candidatura presidencial de su  Partido Republicano.

Todo, en nombre del tipo de democracia que Washington aspira a imponer en América Latina y el mundo en su conjunto.
 

(CubaSí)