Hoy el mundo se iluminará de naranja, como símbolo de un futuro prometedor para las mujeres y las niñas. Si invertimos específicamente en este ámbito, podremos mantener esa luz siempre encendida, defender los derechos humanos y eliminar para siempre la violencia contra las mujeres y las niñas.
Con ese llamado termina el mensaje del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, que se celebra este 25 de noviembre. Y lo dice convencido de que poner fin a ese fenómeno mundial no es una quimera, y cada día la sociedad toda debe renovar su encargo por la equidad y la igualdad.
Cuba —donde late el alentador compromiso sembrado por Vilma para que toda mujer y niña tenga una vida caracterizada por la seguridad, las oportunidades, la dignidad y la esperanza— se incluye en el convite con un amplio programa de actividades, pues todavía podemos y debemos hacer mucho más para sensibilizar en este sentido. Pintemos también nuestro entorno de naranja.
La historia tras la fecha
El 25 de noviembre de 1960 Minerva, Patria y María Teresa Mirabal aparecieron muertas en un jeep al fondo de un barranco en República Dominicana.
El múltiple asesinato fue perpetrado por la policía secreta de ese país y ordenado por el dictador Rafael Leonidas Trujillo. Desde entonces, el nombre de las Mirabal se convirtió en el símbolo mundial contra la violencia de género, como precisa Telesur.
Las hermanas Mirabal fueron estranguladas y apaleadas. La policía secreta lanzó el vehículo donde se trasladaban a un precipicio para hacer creer que se trataba de un accidente.
«Fue tan horroroso el crimen que la gente empezó a sentirse total y completamente insegura (...) porque secuestrar a tres mujeres, matarlas a palos y tirarlas por un barranco para hacerlo parecer un accidente es horroroso», manifestó la directora del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD), Luisa de Peña Díaz.
Por: Yuniel Labacena/JRebelde.