“¡Gloria eterna a Fidel! Historia, ¡abre los portones! No pudieron detenerlo cuando era de carne y hueso. Ahora es invencible. Renacerá una y otra vez”. Con estas palabras amanecía el muro de Facebook de la agrupación Buena Fe el pasado 26 de noviembre, tras conocer el fallecimiento de Fidel.
Cubadebate conversó con Israel Rojas, vocalista y líder de la popular agrupación, tras conocerse la cancelación de su gira en Estados Unidos.
—Israel, ha muerto Fidel, pero no su legado ¿Qué nos ha dejado a los cubanos?
—Yo creo que Fidel nos deja una arquitectura de pensamiento del optimismo: de ser capaces de convertir en “No” todos aquellos sí que nos convocan a la traición, a olvidarse del prójimo; que nos convocan al odio, a la derrota; pero también nos convoca a volver Sí a todo lo que hace mejor al ser humano, a superar las dificultades, a alcanzar los objetivos, a persistir en la justicia y a defender tus convicciones.
Problemas tenemos muchos, pero no lo vamos a resolver con la obra del espíritu Santo. Nadie tiene una varita mágica para resolver las dificultades que sabemos que existen en nuestro país. Yo creo que la respuesta está en la misma contestación que le dimos a Daniel Ortega en la Plaza cuando preguntó dónde está Fidel, y todos dijimos “Yo soy Fidel” ; que es ponerse la casaca del Comandante para convertir cada No en sí, y cada sí en No, cuando estos representan la mediocridad, la ineficiencia, lo feo o lo cutre.
Yo creo que es importante seguir defendiendo que nuestras calles sean seguras; que este país sea un país libre de drogas. Debemos seguir apuntando a una nación donde se les asegure a todos los niños poder ir cada mañana a la escuela y que con solo siete años sepan leer y escribir. Y todas esas cosas dependen de nuestro pueblo, de la gente buena que tiene nuestro pueblo.
Conversando ese día con amigos en la Plaza, comentábamos que a veces uno piensa que el hombre nuevo no existe; pero yo creo que el hombre nuevo si está, pero a veces vive escondido de las mordidas de la mediocridad, de la dolorosa corrupción que a veces unos sienten que crece o de los papazos de la burocracia. Pero el hombre nuevo si está, estaba ahí en la Plaza.
—Tenías planificado una serie de conciertos en Estados Unidos y sin embargo han decidido cancelarlos. ¿Qué ha sucedido?
—Teníamos planificados cuatro conciertos en Estados Unidos, pero lamentablemente el concierto de Tampa se cayó porque los patrocinadores decidieron no llevarlo adelante.
Nos quedaba Nueva York, Houston y Washington y aunque Blue Night Entertainment insistió para hacerlos, vimos que el ambiente siguió enrareciéndose y como se incrementaron los ataques contra nuestro propio público y los organizadores; nos pareció mejor no realizarlo para evitar cualquier problema.
Aunque en nuestros conciertos no vamos a hablar de política, sino que lo que hacemos es cantarle a la vida, al amor; lo último que queríamos es que alguien fuera a salir herido, lastimado. Si ya muchos lo hacen en las redes sociales, cómo voy hacer un concierto donde ese daño puede hacerse efectivo.
Nosotros hemos hecho cinco conciertos en Miami, y siempre hemos ido por el encuentro con nuestra gente, por ver a ese público que nos quiere y no para hacernos ricos como algunos piensan. ¿Acaso alguien se puede hacer rico con cinco conciertos en Miami? Eso me parece ridículo.
—En Miami algunos han celebrado la muerte de Fidel. ¿Qué nos demuestra eso?
—La ética, la moral, y la dignidad han perdido la importancia que debería tener entre los seres humanos. Debe ser porque en este mundo globalizadamente neoliberal, al sentir que los valores no tienen valor de cambio y no se pueden vender ni comprar, la gente piensa que no son tan importantes. Pero que no tengan valor de cambio, no significan que no tengan valor de uso; son vitales para educar a los hijos, para el crecimiento vital de una persona y para que podamos vivir en concordia en el futuro.
Hay bajezas morales que más temprano que tarde al final te pasan la cuenta. En este país cuando murió Batista se publicó, y nadie lo celebró y creo que en Cuba hay motivos suficientes para que algunos indignados hubiesen sentido regocijo. Cuando murió Orlando Bosch, que confesó que había puesto un artefacto explosivo en un avión que les arrebató la vida a buenos jóvenes, no vi a nadie celebrando tal cosa. Y así con muchos otros tantos de los que nadie se congratula por su muerte, porque el fallecimiento de alguien no debe ser motivo de alegría.
Pero yo creo que ellos no están celebrando su muerte, ellos celebran la esperanza de que si la biología pudo hacer lo que ellos no lograron con Fidel, pueden hacer en Cuba lo que ellos desean. Pero este país va a seguir tranquilo. Y cuando alguien ose por la vía incorrecta “acercarse a Cuba” obtendrán la misma respuesta de los miles de cubanos que se reunieron en la Plaza y en los miles de pueblos. Te digo, el hombre nuevo anda caminando por este país, jodío por muchas cosas, por el propio país, pero anda por ahí.
Estos son tiempos de definiciones, y muchas veces la gente dice que cuando uno se expresa así lo hacen por puro oportunismo, y hay quien piensa que por eso te van a dar una casa o un viaje a la luna, y están tan equivocados. Eso quizás pasó en un tiempo, pero ya no es así, y los que se expresan como yo lo que hacemos es buscarnos “un problema” y hay que buscarse problemas. Lo digo porque es lo que pienso y lo que siento, porque así quiero que me recuerden mis hijos, que digo lo que pienso aunque me cancelen un concierto, o te maltraten por las redes sociales.
Yo no sé con quién voy a quedar bien, pero si sé con quien no voy a quedar mal. Yo no voy a quedar mal con mis abuelos iletrados, que la revolución alfabetizó; yo no voy a quedar mal con mis padres; no voy a quedar mal con mis profesores que uno por uno me enseñaron con salarios que sabemos que no alcanzaban, esto que es un ideal; yo no voy a traicionar a Martí; y por supuesto no voy a traicionar a Fidel.
Yo no voy a traicionar a Silvio, a mí que me encuentren aquí, y que me arrastren sobre rocas cuando la Revolución se venga abajo.
—El concepto de Revolución es uno de los legados más importantes del Comandante. ¿Es necesario para entenderte y para entendernos como revolucionarios?
—Estoy convencido de que es una muy buena herramienta, estoy convencido de que es un buen basamento teórico, para proyectarse hacia el futuro, sobre todo para seguir echando la suerte con los más pobre de la tierra, con los más desfavorecidos, los mas jodíos de esta tierra, y seguir amando al resto de los seres humanos como si fuera uno mismo.
—¿Orgulloso de ser cubano, de ser fidelista?
—Totalmente orgulloso de ser cubano. Tú sabes que yo no sabía si era comunista o no, porque hay cosas del comunismo que realmente me parecen utópicas, pero en estos días en los que uno tiene más tiempo de definirse- porque te repito son tiempos de definición- tengo una vocación socialista, pero yo realmente soy fidelista y no tengo miedo de decirlo.
Yo quiero que mis nietos sepan que yo dije en esta entrevista que yo soy fidelista porque ser fidelista es ser capaz de lograr tus objetivos, incluso cuando el mundo te diga que No. Ser fidelista es ser capaz de fundar algo donde no había nada. Es generar causas y ser capaz de comprometerte con esas consecuencias.