Por Lorena Viñas
“Nuestra prensa es revolucionaria, nuestros periodistas, en la radio, en la televisión, son revolucionarios”, así sentenciaba el líder cubano, Fidel Castro.
Y es que los medios de comunicación deben ir a tono con su tiempo, con las perspectivas de la audiencia, sin obviar la ética periodística y la veracidad de los hechos.
Por eso cada marzo, en la jornada por el día de la prensa cubana, se reconoce la labor de los profesionales de ese sector en el ejercicio cotidiano.
Este año se otorgó el Premio Nacional de Periodismo por la obra de la vida a Isabel Moya, directora de la editorial de la Mujer, al periodista Eduardo Yasells y a Pedro de la Hoz trabajador del diario Granma, en el contexto del 125 aniversario de la creación del Periódico Patria, el día 14, funaddo por el Apóstol José Martí.
“La alegría no es cierta, sino es compartida” aseveró Isabel Moya en la entrega del lauro. "El premio es el reflejo de la editorial de la Mujer cubana, “porque cuando se es de mujer se está marcado para siempre”.
Por su parte, Pedro de la Hoz expresó que la prensa revolucionaria necesita un periodismo de investigación analítico comprometido con las actuales transformaciones del modelo económico cubano.
También fueron laureados con el Premio Nacional Juan Gualberto Gómez por la obra del año, en prensa escrita, Enrique Ojito de la provincia Sancti Spíritus; en radio, Minoska Cadalso, de Villa Clara, en televisión, Wilmer Rodríguez del sistema informativo; así como Lázaro Miranda en gráfica, de la publicación Juventud Rebelde y Giselle Morales en hipermedia por el periódico Escambray.
Más allá de valorar competencias profesionales, cada jornada de la prensa se ciñe a la mirada crítica y el talento humanista de cada periodista que ve en su audiencia el reflejo de sí mismo.
En coincidencia con lo que expresó Isabel Moya, a pesar de las diferencias generacionales o de cualquier otra índole nos une un periodismo que parte de valores noticias los cuales no se mueven con las lógicas de las guerras, los grandes eventos o las catástrofes, sino que es un periodismo más íntimo con una profunda vocación de servicio.
