Para el secretario general de la CTC, Ulises Guilarte De Nacimiento, la celebración del Primero de Mayo reviste este año una especial relevancia porque se realiza en un contexto particular: “la ausencia física del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz”.
Ahora estamos en la etapa de recogida de los compromisos para participar y en la realización de la propaganda popular
que los colectivos de trabajadores llevarán al desfile.
Al reafirmar el alto compromiso de continuar la obra y el legado que nos dejó Fidel, el máximo dirigente sindical cubano resaltó “su vínculo permanente y estrecho con los trabajadores, no solo para defender y promulgar en términos prácticos el cumplimiento de sus derechos, sino para imbuirlos de su responsabilidad como clase trabajadora en el poder que desde el 1º de enero de 1959 asumió la construcción de un proceso social socialista”.
El lema central en esta ocasión, Nuestra fortaleza es la unidad, ratifica a juicio del también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, “el valor de esa extraordinaria arma que ha sido la unidad para la Revolución, interpretándola no como una falsa unanimidad, sino como la participación mayoritaria de la clase trabajadora en las decisiones para actualizar y perfeccionar gradualmente el modelo económico del país”.
Enumeró también acontecimientos y personalidades que a lo largo de nuestra historia contribuyeron a la unidad en su sentido más amplio, desde José Martí hasta la creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba en 1939, así como el propio concepto de Revolución que Fidel expuso un Primero de Mayo hace 17 años.
Coincidió, no obstante, en la presencia de factores externos e internos que hacen tener una mirada diferente sobre el modo de conseguir la unidad. “Debemos ser más creativos e innovadores en la manera que aseguramos ese sentimiento de unidad”, apuntó.
Entre esas nuevas circunstancias el dirigente sindical destacó el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, la interacción en tiempo real con el mundo, la visión de miles de cubanos que salen al exterior y aprecian otras realidades sociales, políticas, económicas; y el desarrollo de una campaña mediática sobre las supuestas bondades del capitalismo, a partir de la exaltación del dinero, del tener antes que el compromiso social.
“Tenemos una sociedad donde ya un gran porcentaje de los cubanos nacieron después del período especial —razonó Ulises—, bajo el impacto de las limitaciones que ha tenido el desarrollo de nuestro proyecto socialista, en una economía con poco crecimiento e incluso recesión el pasado año.
“Como resultado, desgraciadamente se han generado desigualdades que no siempre son producto del mayor aporte y compromiso hacia el trabajo”, valoró el secretario general de la CTC, al admitir que no siempre el hecho de laborar en los sectores básicos de la economía, aquellos que sustentan el desarrollo del país, garantiza la mejor retribución salarial.
“Esta combinación de factores internos y externos hace que debamos darle un peso sustantivo a la construcción de la unidad desde el debate, el diálogo, la participación activa; que cada cual tenga la posibilidad de dar su opinión y que sea exactamente el análisis de cada punto de vista lo que favorezca la construcción de un consenso alrededor de hacia dónde nos debemos conducir”.
Sindicalismo en transformación
El dirigente sindical explicó que los documentos discutidos en el sexto y séptimo congresos del Partido ratificaron, en la conceptualización del modelo económico y social y sus Lineamientos, que no es posible construir el socialismo sin una participación protagónica de los trabajadores.
Los cambios en la labor sindical apoyan también, por tanto, la implementación de los Lineamientos, “un conjunto de transformaciones prácticas sobre la base de un propósito político: la construcción de un proyecto social socialista, donde predomina la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción”.
Explicó el dirigente sindical que esto ha generado una transformación cuantitativa y cualitativa del escenario laboral del país, donde destaca el crecimiento sostenido y diversificado de las formas de gestión no estatal, que ya hoy ocupan aproximadamente al 29 % de la población cubana económicamente activa.
“Para influir en que este segmento reconozca el liderazgo de la CTC y sus sindicatos, no es posible actuar mediante las vías tradicionales del movimiento sindical; requiere métodos más proactivos, en un ejercicio permanente de vinculación, de argumentación y debate, para evitar que haya un predominio de los intereses individuales sobre los de la sociedad”.
Tenemos que reconocer también —admitió Guilarte De Nacimiento— que hoy los ingresos de los trabajadores siguen siendo insuficientes para satisfacer sus necesidades, por su limitada capacidad de compra frente a los precios minoristas existentes.
“Si bien es cierto que hemos avanzado en la búsqueda de formas y sistemas de pago que aseguren mejorar los ingresos de los trabajadores en el sector empresarial, a partir de los resultados en la eficiencia y la producción, todavía hoy estos no son suficientes, y solo benefician al 49 % de la totalidad de los trabajadores.
“El otro 51 % del sector presupuestado hoy no tiene posibilidades de mejorar sus ingresos, elemento que distorsiona e impacta en la fluctuación de la fuerza de trabajo calificada, en la falta de motivación de profesionales y técnicos para ascender a puestos de dirección y en el robo y pérdida de valores que se generan cuando trabajadores y cuadros delinquen con los recursos bajo su custodia, en lo cual el movimiento sindical no ha logrado crear la suficiente conciencia de pelea por frenar ese flagelo de nuestra sociedad.
“En esas condiciones el reto mayor es que el sindicato obtenga el reconocimiento de sus afiliados hacia su labor, desempeño e influencia, a partir de que logremos un funcionamiento de todas las estructuras de dirección en la base, que es donde están los trabajadores y se concretan las nuevas políticas laborales.
Informó Ulises que más de mil 200 personas de diferentes movimientos sociales, grupos de solidaridad, organizaciones sindicales, vendrán a nuestro país el Primero de Mayo, para ratificar en primer lugar la simpatía que sienten por Cuba, como reconocimiento a su ejemplo, consagración y capacidad de no rendirnos ante las constantes agresiones de que somos objeto.
“Para ellos venir a Cuba es alimentarse de hasta dónde un pueblo es capaz, en medio de tantas dificultades, de sobreponerse y encontrar alternativas de lucha y soluciones a múltiples problemas”.
Esto nos obliga a ser recíprocos en esa solidaridad, y asegurarles al mundo, en particular a nuestros hermanos latinoamericanos, que Cuba permanecerá, aun en medio de sus dificultades, cumpliendo con sus preceptos y principios internacionalistas y de cooperación. La necesidad de integrar más el movimiento sindical latinoamericano y caribeño, el enfrentamiento al bloqueo contra Cuba, la exigencia de que nos devuelvan el territorio ilegalmente ocupado de la base naval en Guantánamo, la búsqueda de soluciones diplomáticas a los conflictos en un contexto de paz, son otros mensajes que propicia el movimiento sindical cubano.
Guilarte De Nacimiento resaltó, además, que en el contexto del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, por primera vez un dirigente sindical cubano —el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Industrias—, acaba de regresar de un recorrido por aquella nación, donde pudo apreciar la voluntad y necesidad que expresaron sindicalistas metalúrgicos de incrementar la cooperación y solidaridad entre organizaciones de ambos países.
Añadió que un número importante de dirigentes sindicales norteamericanos estarán en nuestro país este Primero de Mayo, lo cual va a favorecer que conozcan las realidades del pueblo cubano, con sus deficiencias y virtudes.