por  Nicanor León Cotayo

Como nueva expresión de la política de Donald Trump hacia el área, este último acaba de recrudecer sus medidas del 16 de junio contra La Habana.

Lo anunció el martes la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC), recordando que el presidente estableció entonces como única categoría de viajes afectada para ciudadanos estadounidenses la “people to people” (pueblo a pueblo).

¿Motivo? Debido, según Trump, a que muchas personas han utilizado esos traslados para hacer turismo, algo prohibido por Estados Unidos.

La OFAC también aclara que la nueva  política afectará a ciertas categorías de viajes educativos, e incluso a otros “en apoyo  al pueblo cubano”.

Sigue diciendo, quienes arriben a La Habana legalmente no tendrían que solicitar licencias.
Pero de inmediato especifica,  hasta la elaboración de nuevas reglas, los viajeros estadounidenses pueden continuar visitando Cuba bajo 12 categorías fraguadas bajo la administración Obama.

La OFAC asimismo dio a conocer que Trump sumó otras figuras del gobierno cubano a los vetados en Washington para beneficiarse con remesas.

Junto a los integrantes del Consejo de Ministros, aparece ahora el resto de la máxima dirección de Cuba.

Enlazados a esta sus parlamentarios, los miembros de las asambleas provinciales del poder legislativo, dirigentes de los Comités de Defensa de la Revolución, numerosos  funcionarios de todos los ministerios cubanos y líderes sindicales, entre otros.

Cuidaron de no dejar fuera a los principales editores de los medios de difusión masiva del archipiélago antillano.

William LeoGrande, profesor de la Universidad Americana, durante una entrevista con la prensa declaró:

“Si todos los cubanos que caen en la nueva categoría no pudieran recibir remesas, estaríamos hablando de una cuarta parte de la fuerza de trabajo de Cuba o alrededor de un millón de personas”.

Furibundo espectáculo, mezcla de varios delirios por atar y de un caos mal disfrazado que adorna los razonamientos del profesor LeoGrande.

(CubaSí)