Por Por Nicholas Valdes*
La Habana, (PL) En el mundo existen premios de todo tipo: desde los más respetados hasta los más absurdos; desde los prestigiosos hasta aquellos que nadie quiere.
Y es que mediante ese sistema el ser humano reconoce lo mejor -y lo peor- del mundo de las artes, los deportes, o (por supuesto) las ciencias.
Ejemplo de ello resultan los Premios Ig Nobel, importante galardón que cada año se entrega en Estados Unidos a los investigadores con las ocurrencias más absurdas y graciosas de la comunidad científica.
Los Ig Nobel se entregan desde 1991, y aunque en aquel entonces el reconocimiento estaba concebido para los hallazgos de la ciencia que no podían o no debían ser reproducidos, en la actualidad el humor es el dueño y señor de la gala.
Solo para ilustrar un poco, en 2016 se premiaron los efectos de llevar pantalones de poliéster, y al que descubrió que si te pica la parte izquierda del cuerpo podrás aliviarlo mirándote en un espejo y rascándote la parte derecha; por cierto, funciona en ambos lados del cuerpo.
Este año, los premiados no defraudaron al jurado. El Ig Nobel de Medicina se le otorgó a neurocientíficos europeos que estudiaron las respuestas del cerebro en personas que le tienen asco al queso.
La categoría de Física la ganó un investigador francés por su reflexión acerca de la posibilidad de que un gato pueda encontrarse en estado sólido y líquido al mismo tiempo, basándose en la física de fluidos. Para los preocupados, el experto aseguró que ningún minino salió lastimado en su ensayo.
El Premio Ig Nobel de Dinámica de Fluidosse lo llevó un científico surcoreano que estudió la forma ideal para caminar llevando una taza de café sin que se derrame. Su idea se basa en caminar de espaldas, lo que asegura que “reduce el oleaje en la taza, quizás debido a que no estamos acostumbrados a caminar de esta forma”. No obstante, reconoce que al hacerlo aumentan las probabilidades de tropezar y caer.
El galardón en Biología se le otorgó a un equipo internacional de investigadores que descubrió en una cueva de Brasil una nueva especie de insecto en la que “las hembras tienen pene y los machos vagina”; además, pueden tardar hasta 70 horas copulando.
Especialistas españoles se alzaron con la categoría de Obstetricia tras descubrir que los fetos pueden escuchar mejor la música si se les acerca el reproductor mediante la vagina de la madre, y no simplemente colocándolo sobre el vientre.
En Economía, el jurado premió a un equipo australiano que estudió el efecto de sostener un cocodrilo en las personas que se proponen realizar apuestas en juegos electrónicos (sí, es en serio, exactamente como lo lee).
En fin, también se entregaron reconocimientos en las categorías de Anatomía, Nutrición, Cognición, y claro que no podía faltar el de la Paz.
Este último se le entregó a un grupo de científicos que logró demostrar que el usar el instrumento musical Didgeridoo, originario de Australia, ayuda a mejorar la apnea del sueño y evitar los ronquidos. Eso sí, se requieren de meses de entrenamiento para perfeccionar ese arte.