Por: Arnaldo Musa

Rusia y la República Popular Democrática de Corea han establecido nuevos convenios de colaboración económica, a despecho de las sanciones que Estados Unidos ha logrado contra Pyongyang por su programa nuclear, cuando la RPDC defiende sus pruebas frente a la amenaza militar de EE.UU., llevada virtualmente al extremo por la actual administración de Donald Trump.

Como muchos conocen, Trump ha expresado reiteradamente que puede destruir en cualquier momento el Norte de Corea, un tipo de decisión que contradice las afirmaciones de anteriores presidentes norteamericanos acerca de que EE.UU. no asestaría nunca el primer golpe atómico.

El envío de una delegación de alto nivel norcoreana a Moscú indicó la alta confianza del gobierno de Kim Jong-um en Rusia, la decisión de Pyongyang de que todo se resuelva pacíficamente sin doblegarse ni condicionarse a Washington, y su posición de que el programa que desarrolla es pacífico, y si ha tomado tal envergadura obedece principalmente a la tradicional postura histórica norteamericana de eliminar a la nación socialista, una de las más atacadas por los medios propagandísticos imperialistas.

La posición de Rusia ha sido clara desde el principio: no acepta el estatus nuclear de la RPDC, lo cual desataría un peligroso foco bélico en la región, además de nuclearizar también la parte surde la península, pero que tampoco se debe arrinconar a Corea Democrática, como promueve Trump, porque solo la diplomacia es la solución integral al problema.

Precisamente este tipo de diplomacia, además de la cooperación económica y la cultura fueron destacadas entre Putin y los visitantes norcoreanos que visitaron ciudades del Lejano Oriente ruso que se convertirán en centros de cooperación con Pyongyang, principalmente en la modernización y terminación de la red ferroviaria.

Ambas partes abordaron entre otros temas la desnuclearización de la península coreana, cuestión de la que depende la posibilidad de aliviar las sanciones internacionales impuestas contra Pyongyang por sus ensayos nucleares y de misiles.

Antes de este encuentro, Putin se haba entrevistado por separado con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, a quienes, de una manera u otra, expresó que no se debían llevar por las emociones, y reiteró el peligro de arrinconar a la RPDC, expresando su certeza de que eso nunca funcionaría con Pyongyang, así como recalcó que el diálogo es la única opción posible.

Moscú tiene más motivos de preocupación que muchos ante el desarrollo del problema nuclear, porque mientras que Estados Unidos se encuentra a miles de kilómetros de la península de Corea, lo que allí sucede tiene lugar en una inmediata cercanía a las fronteras de Rusia.

También Rusia y China están coordinando sus acciones para evitar la nuclearización de las dos Coreas, lo que calificaron de absolutamente intolerable.

La escalada en la crisis corre el riesgo de convertirse en una catástrofe mundial, con una enorme cantidad de muertos, por culpa de la histeria militar desatada por Estados Unidos, con una posición en la que a la RPDC solo le están dejando el camino de la supervivencia mediante el desarrollo nuclear.

El líder norcoreano, Kim Jong-un había visto cómo la intervención occidental en Iraq, bajo el falso pretexto de que Bagdad poseía el arma atómicas, había terminado con el derrocamiento de Saddam Hussein, después de lo cual el país fue devastado por la guerra, que aún continúa en disímiles formas.

En ese contexto, Putin subrayó la falsedad de las acusaciones contra Hussein, quien fue ahorcado, los miembros de su familia, asesinados y el país demolido. “Todo el mundo lo sabe y también en Corea del Norte", destacó. Putin, quien además expresó su convencimiento de que el dirigente de Pyongyang estaba decidido a que su pueblo no sufriera el mismo destino.

(Tomado de Cubasi)