Corrupción detrás del puente

بقلم: Pedro Manuel Otero
2018-03-20 10:21:07

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Puente colapsado. Foto: Internet

Por Max Lesnik

Mucho se ha publicado en la prensa norteamericana   sobre la  desastrosa tragedia ocurrida  en  la ciudad  de Miami,  al desplomarse  un puente peatonal en las inmediaciones  de la Universidad  Internacional  de La  Florida- FIU- que tenía  por objetivo unir  ese recinto  universitario  con la vecina pequeña   ciudad de Sweetwater pasando así por  encima  de la  emblemática  calle 8  del suroeste  de Miami para facilitar  el paso seguro  de los  estudiantes  a un complejo  de viviendas construido para  los  alumnos internos de ese  reconocido centro docente.

Sin embargo,  lo que se  ha tratado de eludir por los   funcionarios  locales que mucho tienen que explicar de esta tragedia,   es la trama  de sucia  corrupción política  que se esconde  detrás  de los escombros de cabillas  y  concreto del maldito puente construido por  la  empresa  “Munilla Construction Management”, una compañía de construcciones,  propiedad  de una familia de exiliados  cubanos   de extrema derecha,  con muy estrechas relaciones con los políticos del  Estado  La Florida  y con  el pantano de  Washington que llega  hasta el capitolio y la vicepresidencia  de Estados  Unidos.

Un revelador reportaje que apareciera el pasado domingo en el  diario The Miami Herald,  titulado “Constructora del puente colapsado tiene amigos importantes”, escrito por  los periodistas  norteamericanos  Ben Wiener, Tom  Hart y Kevin G. Hall, viene a ser como la punta  de un iceberg de todo gran escándalo  político-financiero que  se  esconde  detrás de esta tragedia  humana que  constituye  el derrumbe  inesperado  del  puente sobre  la calle  ocho.

La compañía  de  construcciones  “Munilla” ha donado  millones  de dólares a políticos federales   y estatales  de su preferencia, como es costumbre en Estados  Unidos con  el fin nada altruista  de tener  influencia en las alturas  para beneficio  ulterior de su empresa  que lo  mismo obtiene  un  contrato  de 14  millones  de dólares  para el maldito  puente  de FIU, que otro para construir  una escuela  a  un costo  60  millones que se  tiene proyectado realizar  en la  Base  Naval  norteamericana  de Guantánamo.

Los  hermanos Munilla,  propietarios  de la  empresa  constructora  del  puente desplomado  han donado más de $100,000 al anticastrista Comité de Acción Política U.S.-Cuba Democracy  que promueve  una  política  de hostilidad contra  Cuba y han entregado más de $60,000 a comités que apoyan al representante Mario Díaz-Balart, otro tanto  para  el  Representante Carlos  Curbelo  y aproximadamente $50,000 a comités que apoyan al senador Marco Rubio.

Aquí no ha pasado nada, dirán algunos acostumbrados a ver el  decursar  del tiempo y que nunca los  verdaderos responsables  pagan sus  culpas. Habrá elecciones y los de siempre volverán a ser elegidos gracias  al  dinero  corruptor de la  política  al  uso. Y el  puente de la tragedia   de la  calle 8 pasará  al  olvido con  un  borrón  y cuenta  nueva para bochorno y la vergüenza   de  la  democracia  norteamericana.  Por  los  siglos  de los siglos, amén.



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