El cardiocentro pediátrico ‘William Soler’, en La Habana, llega este 26 de agosto a su aniversario 32 con notables resultados en beneficio de la salud infantil de niñas y niños cubanos, como lo soñó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (1926-2016).
Fundado en 1986 por el líder de la Revolución, esa institución realiza anualmente más de 250 cirugías y unos 200 cateterismos intervencionistas, una forma de sustituir las operaciones quirúrgicas mediante un estudio hemodinámico.
En exclusiva con la Agencia Cubana de Noticias, el Doctor Jesús Francisco Carballés García, profesor e investigador titular y responsable del Departamento de Docencia e Investigaciones, aclaró que un cateterismo intervencionista tiene menor riesgo y tiempo de estadía, por lo cual resulta beneficioso, tanto para el paciente como para el sistema de salud.
Carballés García, jefe fundador del Programa Nacional de Rehabilitación Cardíaca Infantil, instaurado allí desde 1992, explicó que en estos años se han rehabilitado más de ocho mil 500 pacientes operados a quienes se les ha corregido su cardiopatía congénita.
“De referencia nacional para el tratamiento y seguimiento de las cardiopatías congénitas y las anomalías cardiacas del niño, el cardiocentro ‘William Soler’ mediante el referido programa ha logrado que los infantes en breve tiempo se inserten en la sociedad y en la escuela”, acotó.
Aclaró que solo el 1.7 por ciento de los ocho mil 500 pacientes, en estos momentos no están trabajando ni estudiando.
El proceso de rehabilitación se hace en todo el país mediante la Red Nacional Cardiopediátrica, que lidera el ‘William Soler’ y la Medicina General Integral hace que estos tratamientos de ejercicios se efectúen para lo cual existen grupos multidisciplinarios en cada territorio, aseveró el experto.
Este programa ha permitido que el Ministerio de Salud Pública incluya a ese cardiocentro, anteriormente pediátrico solamente, que ahora todas las cardiopatías congénitas a cualquiera edad se traten allí.
“A pesar de tener cardiopatías críticas del recién nacido en un tercio de los pacientes, es una satisfacción para el colectivo que la tasa de mortalidad del cardiocentro ha ido disminuyendo, y con ello la mortalidad infantil del país”, refirió.
“En 1986 la mortalidad infantil en Cuba por cardiopatías congénitas era de tres por cada mil nacidos vivos, y el último año bajó a menos de 0,5, gracias al tratamiento quirúrgico, y procederes intervencionistas”, precisó a la ACN la Doctora en Ciencias Herminia Palenzuela, profesora Titular y Consultante y especialista de Primer grado en Pediatría y de Segundo Grado en Cardiología y fundadora del centro.
“Entre las investigaciones que se llevan a cabo en el cardiocentro ‘William Soler’ se incluyen las Arritmias, Ecocardiografía, Cirugía y Rehabilitación”, subrayó Carballés García.
“En esa prestigiosa institución se forman residentes de todo el país en las especialidades de Cardiología, Pediatría, Neonatología, Terapia Intensiva Pediátrica, Fisiatría, Cirugía Pediátrica y Cardiovascular y este año hay más de un centenar de otras instituciones en Cardiología Pediátrica”, puntualizó.
“Con un claustro de 25 docentes, y un promedio alto de Profesores Titulares y Auxiliares, también están categorizados como investigadores un grupo de médicos, pero en general todo el personal del cardiocentro graduado de médicos, enfermeras, licenciados en farmacia, y otras especialidades han hecho Maestrías de diferentes tipos”, concluyó Carballés García, orgulloso de haberle dedicado más de tres décadas a la salud infantil.
(Tomado de la ACN)