La Habana, 11 sep (RHC) El 11 de septiembre de 1973 cuando en el Palacio de la Moneda se produjo la muerte de Salvador Allende cuando consecuente con sus convicciones y entereza se enfrentó a los que llevaban a cabo un golpe de estado para derrocar el gobierno progresista que encabezaba.
Nacido el 26 de junio de 1908 en la ciudad de Valparaíso llegó a ser una de las más importantes figuras de la historia de Chile, y de América Latina en general.
Fue senador durante años y mediante el voto popular resultó elegido Presidente de Chile en el año 1970.
Salvador Allende fue un gran amigo de Cuba. Él visitó nuestro país en varias oportunidades. Incluso en marzo de 1959 a pocos meses de haberse producido la victoria revolucionaria fue la primera personalidad política latinoamericana que vino a nuestro país.
También en 1961 condenó la invasión mercenaria llevada a cabo para intentar destruir a la Revolución.
Allende mantuvo una gran amistad con el máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro y con otras personalidades políticas y culturales de Cuba y se relacionó con diversos sectores del pueblo.
Con el decursar de los años Allende volvió a visitar Cuba y particularmente también lo hizo cuando ya era Presidente de Chile.
En diciembre de 1972 fue recibido en forma multitudinaria por el pueblo de La Habana.
Incluso después en un gran acto de masas efectuado el día 13 en la Plaza de la Revolución “José Martí, en La Habana, él habló y también lo hizo Fidel, quién en esa oportunidad al destacar la actitud de Allende hacia la Revolución Cubana aseguró que él le otorgó al proceso revolucionario cubano una confianza ilimitada y su amistad más firme.
Un año antes, al realizar una extensa gira por Chile, Fidel había podido apreciar de modo directo las realizaciones que llevaba adelante el gobierno de la Unidad Popular encabezado por Salvador Allende y la firmeza con que éste actuaba al tener que enfrentar amenazas, ataques y disímiles acciones encaminadas a tratar de minimizar su prestigio y autoridad ante el pueblo y propiciar el derrocamiento de su gobierno.
Precisamente el dos de diciembre en el gran acto de despedida que se efectuó en la capital chilena, Fidel manifestó al respecto: “Hay algo que nos impresionó hoy profundamente, y fueron las palabras del Presidente, en especial cuando reafirmó esa voluntad de defender la causa del pueblo y la voluntad del pueblo. En especial cuando pronunció esa épica frase: que era Presidente por voluntad del pueblo y que su deber lo cumpliría hasta el día en que cumpliera su mandato o lo sacaran muerto del Palacio Presidencial. Y quienes lo conocemos, quienes lo conocemos, sabemos que el Presidente no es hombre de frases, que es hombre de hechos. Quienes conocemos su carácter sabemos que así es.”
Allende había expuesto en dicho acto: “Soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer a la voluntad mayoritaria de Chile: sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan: dejaré la Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera.
“Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe profundamente: defenderé esta Revolución Chilena y defenderé el Gobierno Popular, porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Solo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. “
El 11 de septiembre de 1973 ante el golpe de estado Allende actuó en forma consecuente e hizo realidad lo que había expuesto con antelación.
Cuando en Chile ocurre esa acción vandálica contra un gobierno constitucional y se produjo la muerte de Allende, Fidel estaba realizando una visita al hermano pueblo de Viet Nam. Allí es que se entera de lo sucedido en Chile.
Varios días después, el 28 de septiembre, ya de regreso Fidel a Cuba, en la Plaza de la Revolución “José Martí” se realiza un multitudinario acto en el que se le rinde un homenaje muy especial a Salvador Allende y se reafirma la solidad de los cubanos con el pueblo chileno.
Fidel señala en la parte inicial del discurso que pronuncia: “Este aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución se ha dedicado al recuerdo del presidente Allende y a la solidaridad con el pueblo de Chile. Y nuestro pueblo, expresando su profundo afecto al presidente Allende y su profundo espíritu revolucionario, ha respondido colmando esta Plaza en número superior a ninguna otra concentración anterior.”
También recuerda: “Hace apenas diez meses, el 13 de diciembre de 1972, en esta misma Plaza nuestro pueblo tuvo el último encuentro con el presidente Allende. Cientos de miles de cubanos se reunieron con él en esta Plaza para escuchar sus magníficas palabras y para expresar nuestra confianza, nuestras simpatías y nuestro apoyo al presidente Allende y al proceso revolucionario de Chile; para expresar nuestra decisión de apoyarlo en la medida de nuestras fuerzas, demostrada en aquella ocasión con un gesto que nosotros sabemos que caló profundamente en el corazón del presidente Allende, que fue aquella decisión de quitarnos un poco de nuestro propio alimento para enviárselo al pueblo chileno.
“Recordamos cuán feliz se sentía el Presidente en aquellos breves días en que nos visitó, porque se sentía entre amigos, se sentía entre verdaderos hermanos, se sentía en familia.
“Profunda impresión le causó aquel recibimiento multitudinario, a pesar de la hora, a pesar de que el pueblo se había movilizado para recibirlo por la mañana, cambió la hora de llegada, y aun de noche las calles de nuestra ciudad se llenaron del entusiasmo de nuestros hombres y mujeres para recibirlo, para saludarlo y para vitorearlo.”
Fidel manifestó que la figura del presidente Allende y el proceso revolucionario chileno despertaron profundas simpatías e interés en todo el mundo.
Y agregó al referirse a las circunstancias en que se produjo su muerte:
“¡Y Salvador Allende cumplió su palabra en forma dramática e impresionante!”
Y añadió en la parte final de su discurso: “¡Así se es revolucionario! ¡Así se es hombre! ¡Así muere un combatiente verdadero! ¡Así muere un defensor de su pueblo!
¡Así muere un luchador por el socialismo!”
En Cuba se le rinde homenaje a Allende. Y en tal sentido, por ejemplo, existe en la Avenida de los Presidente, o calle G, en La Habana, un monumento que se encuentra ubicado en la céntrica Avenida de los Presidentes, obra de la escultora chilena Mónica Bonster.
En dicha obra escultórica la figura de Allende se levanta sobre una base envuelto en una bandera chilena cuyos pliegues procuran dar la idea de que vuelan al viento.
Se refleja a Allende con uno de sus brazos en alto, en señal de saludo o como si estuviera dirigiéndose al pueblo.
Otro monumento dedicado a esta gran figura se localiza en uno de los grandes establecimientos comerciales que se encuentra en la avenida que lleva su nombre y también uno de los centros hospitalarios y una significativa escuela existentes en la capital cubana igualmente se identifican como Salvador Allende. (Fuente: Radio Rebelde)