Por: Isis María Allen

La Habana, 28 mar (RHC) Con dramáticas historias regresaron a La Habana los 68 cubanos que fueron deportados desde México en cumplimiento de los acuerdos migratorios firmados entre ambas naciones, durante el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto.

Los recién llegados, mayoritamiente hombres y una menor de edad y quienes arribaron a la capital cubana en una aeronave de la Policía Federal Mexicana, habían salido de Cuba de forma legal, pero se convirtieron en migrantes irregulares en su travesía por diferentes naciones hasta llegar a México.

Al decir de varios testimoniantes, cuyos nombres prefieren no divulgar, las experiencias superaron lo previsible o imaginable, y aunque algunos dicen haber visto por YouTube las historias que sobre este tema hicieron otros, ellos tenían dudas de si era cierto o no, por lo que decidieron comprobarlo por si mismo y ahora recomiendan a otros que no lo hagan.

De acuerdo con un joven que en Cuba se desempeñaba como enfermero, su recorrido incluyó diez países: Guyana, Brasil, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, vio de todo por el camino, robos, asaltos, extorsión, muertes... días de dormir en la calle, comer lo que se pueda y mucha inseguridad.

Cuenta que uno de los tránsitos más peligrosos es el de Colombia- Panamá porque hay que atravesar una zona selvática, él y otros que le rodeaban, incluida una mujer dicen que “eso fue terrible”.

Al principio ninguno quería hablar porque venían con el temor de ser prisioneros, pues fue ese el tratamiento que recibieron, cuando fueron agrupados en un sitio en México en el que le dijeron los trasladarían hacia otro lugar más seguro, pues estaban junto a migrantes de diferentes países y en condiciones precarias, el nuevo sitio según dicen fue el avión que les estaba esperando para ser trasladados a Cuba.

“Ha sido angustioso y muy triste lo que nos ha ocurrido”, me dijo uno que trabajaba en Cuba en la construcción, entre nosotros- expresó- “hay quienes lo vendieron todo para irse y ahora tienen que regresar para la casa de algún familiar”.

“Yo solo vengo con este pantalón y un short que me dio un amigo porque me lo robaron todo”- me comentó otro.

Las autoridades migratorias cubanas se hicieron cargo de recibirlos, estar prestos a las necesidades de servicios médicos que alguno pudiera requerir, y brindarle facilidades para el regreso a sus lugares de origen, siempre que no tuvieran causas pendientes con la justicia en la isla.

La aspiración de todos ellos era llegar a Estados Unidos, en momentos en que el vecino país del norte de América ha recrudecido su hostil política contra Cuba, ha cerrado los servicios consulares en La Habana e interrumpido el otorgamiento de visados a los cubanos a quienes obliga a viajar a terceros países sin garantía alguna.

A esto se le añade la reciente decisión de reducir el tiempo de validez de la visa B2 de cinco años a tres meses, con solo una entrada, con el pretexto de una presunta reciprocidad que ha sido rechazada por la cancillería cubana y considerado “un obstáculo adicional al ejercicio del derecho de los ciudadanos a visitar a sus familiares en ese país”.

La política migratoria cubana ofrece todas las posibilidades para la entrada y salida de sus nacionales, mas de 550 mil de los cuales viajaron el pasado año al exterior por motivos personales.

Las autoridades de la isla ponen todo su empeño en una migración regular, ordenada y segura.