Vilma: hablando del combate y de la flor (+ Fotos)

بقلم: Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-06 09:34:11

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Foto: ACN.

Por: Martha Gómez Ferrals

La Habana, 7 abr (RHC) Nació el siete de abril de 1930 con el nombre de Vilma Lucila Espín Guillois, en la oriental ciudad de Santiago de Cuba. Hoy, las cubanas y cubanos la sienten tan cercana y entrañable como siempre en su cumpleaños 89, aunque su desaparición física se produjo el 18 de junio de 2007.

Ya sea cuando se piensa en Vilma Espín, la presidenta de Honor por siempre de la Federación de Mujeres Cubanas, o simplemente en Vilma, se hace con amor y respeto por la abanderada y compañera de sus congéneres en tantos combates por la igualdad y avance de la mujer. O cuando se la evoca como la educadora, madre, esposa, fundadora de la familia…

O se va más allá, conociendo sobre su intrépida juventud, cuando fue la legendaria Deborah de la lucha clandestina o la multifacética guerrillera del II Frente Oriental Frank País…

Foto: Archivo.

En cada una de las etapas de su vida y en su sumatoria se revela la heroína indiscutible.

Vivió la niñez y la juventud en su ciudad natal junto a sus padres, una familia que inculcó en ella amor por el estudio, la cultura, el deporte y los valores cívicos y patrióticos. En 1948 se graduó de Bachiller en Ciencias, y matriculó en la por entonces nueva Universidad de Oriente la carrera de ingeniería química.

Aunque desde antes había tenido una gran participación en el movimiento estudiantil que se pronunciaba contra actos de corrupción, de injusticia o solidaridad con otros pueblos, el golpe de Estado dado por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952 robusteció su conciencia política.

Era incansable aquella jovencita de singular hermosura física, ademanes y expresión delicados, sencilla y natural, amiga y compañera de las personas más humildes o desamparadas. Se hizo notar cantando en la Coral Universitaria y era capitana del equipo de voleibol de esa casa de altos estudios.

Además, como miembro de la Federación Estudiantil Universitaria Oriental (FEUO), estaba en primera fila en cada una de las manifestaciones en las calles santiagueros.

Desde la protesta contra el cruento golpe de Estado del tirano Batista hasta el reclamo por el retorno de las garantías constitucionales, la reimplantación de la Constitución del 40 y el homenaje y movilización por el la muerte de Rubén Batista, asesinado por el régimen.

El 26 de julio de 1953, cuando se produjo el asalto al Cuartel Moncada, en Santiago, y al “Carlos Manuel de Céspedes”, en Bayamo, dirigidos por Fidel Castro Ruz, y se desató una sangrienta represión, el hogar de la combativa y solidaria Vilma dio refugio a Severino Rosell y desde allí ella aseguró la ayuda a otros asaltantes perseguidos.

Los lazos de colaboración entre ella y Frank País, el líder de los revolucionarios del Oriente, se hicieron desde entonces indestructibles. La joven pasó a militar en las organizaciones fundadas por él en la lucha contra la dictadura batistiana, y cuando más adelante se creó el Movimiento 26 de julio ambos se integraron a sus filas.

A mediados de los años 50, y graduada ya como ingeniera química, fue a pasar un curso de postgrado en Estados Unidos. Pero seguía en el vórtice de la lucha clandestina, por lo cual, cumpliendo orientaciones de la Dirección del Movimiento 26 de julio a su retorno a Cuba pasó por México en breve escala, a fin de reunirse con Fidel Castro, quien le dio orientaciones y mensajes que hizo llegar a los revolucionarios del país.

Una nueva prueba de fuego vivió con su participación destacada en el alzamiento armado de Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, en apoyo al desembarco de los expedicionarios del yate Granma. Ocurrió bajo las órdenes de Frank País.

Después de aquel suceso que estremeció a Santiago, por el coraje de los jóvenes y la represión cruenta de la tiranía, la casa de Vilma se convirtió en cuartel general del movimiento.

Asumiendo cada vez más responsabilidades políticas y militares dentro del movimiento, tras la el asesinato de Frank País en 1957, ya en junio de 1958 la vida de Vilma estaba en serio peligro en su ciudad y con ello su valiosa contribución a la causa a la que se había entregado.

Se sumó entonces al Ejército Rebelde, en junio de 1958, organización a la que ella y Frank País daban respaldo total, organizando el suministro de armas y medicinas desde su región.

Como combatiente del II Frente Oriental Frank País no solo cumplió misiones militares, sino organizativas, de educación, de instrucción política y educacional.

Con el triunfo de la Revolución y al presidir la Federación de Mujeres Cubanas, fundada a instancias de Fidel el 23 de agosto de 1960, su vida y quehacer tomaron nuevas vertientes, enriquecedoras para ella y la vida de la sociedad cubana, no solo para las congéneres.

Foto: Archivo.

Integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su fundación en 1965, y luego fue miembro del Buró Político por varios años. Dentro del Parlamento encabezó la Comisión Nacional de Prevención y Atención Social, y la Comisión de la Niñez, la Juventud y la igualdad de derechos de la Mujer.

Hoy, cuando las banderas de lucha por la equidad de géneros, contra la violencia hacia mujeres, niños y niñas, la atención a la familia en su integralidad, el respeto a los mayores, a los padres siguen siendo metas más cercanas y posibles para Cuba que en otras partes, se agradece el haber contado con Vilma, a la cabeza de ese empeño. (Fuente: ACN)



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