Por Elizabeth Reyes Tases
Separadas por decenas de años en la historia de la Revolución cubana, el territorio de la actual provincia de Granma ha tenido la dicha y el alto honor de festejar en tres ocasiones las actividades centrales del país en saludo al Día de la Rebeldía Nacional.
Cuando todavía formaba parte de la antigua jurisdicción de Oriente, el acto central por el séptimo aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes se celebró en el Caney de las Mercedes, en las estribaciones de la Sierra Maestra, el 26 de julio de 1960.
Ante miles de personas, entre maestros voluntarios, trabajadores, soldados del Ejército Rebelde, milicianos, invitados extranjeros, campesinos y sus hijos, el Comandante en Jefe Fidel Castro inauguró la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, diseñada para 20 mil niños nacidos en aquellas lomas, cuyos habitantes habían apoyado la lucha guerrillera y contribuido al triunfo del primero de enero de 1959.
Al decir del historiador Aldo Daniel Naranjo, esa primera gran obra educacional de la Revolución hizo realidad el compromiso enunciado por Fidel desde las propias serranías, en plena guerra contra la tiranía de Fulgencio Batista.
Con tal objetivo -recordó- a solo un mes de la victoria, el dos de febrero de 1959, el líder regresó a la ciudad de Bayamo, donde junto a educadores, médicos, enfermeras e ingenieros agrónomos, elaboró un grupo de proyectos para el trabajo en la principal cadena montañosa de la Isla.
Ese mismo día, en su estremecedor discurso en el sitio conocido como Guayabal de Nagua, en el actual municipio de Bartolomé Masó, afirmó que las cordilleras de la Sierra Maestra, el Escambray y los Órganos se llenarían de escuelas, porque a partir de entonces tocaba derribar en toda Cuba la dictadura del hambre, la miseria, la ignorancia y el analfabetismo.
Unos 22 años después de aquellos hechos, considerados entre los principales hitos previos a la gloriosa Campaña de Alfabetización de 1961, el oriental territorio volvería a ser protagonista de un 26 de Julio, y otro sitio emblemático para su pueblo, la Plaza de la Patria de Bayamo, fue inaugurada también por Fidel Castro.
Era 1982 y el gigante guerrillero pronunciaba la frase que hasta hoy llena de orgullo a todos los nacidos en estas tierras: ¿Cómo podría escribirse la historia de Cuba sin la historia de Granma?
El profesor e investigador Alexis Guerra Torres, rememoró que, además de resaltar la rica historia de la joven provincia, el Comandante en Jefe citó numerosos resultados sociales, productivos, administrativos y políticos.
Entre los logros –dijo- se habló allí de la revitalización del servicio médico en el área rural, la ampliación de las comunicaciones telefónicas y la electrificación en las serranías y otros lugares intrincados.
Transcurrieron otros 24 años hasta el Día de la Rebeldía Nacional en 2006, cuando un intenso quehacer, al ritmo de la consigna Del esfuerzo la victoria, precedió a la realización en Bayamo del acto central por el aniversario 53 de los sucesos protagonizados por la Generación del Centenario.
Ganar la sede era el empeño de los granmenses, y en ese camino nuestras montañas acumulaban tres coronas consecutivas en la emulación del Plan Turquino, y aspiraban a un cuarto triunfo, recordó el intelectual Carlos Rodríguez Lora.
Señaló que en el ánimo popular palpitaba aún la inauguración por Fidel de cuatro importantes Programas de la Revolución: Audiovisual, Salas de Video, Introducción de la computación en la enseñanza primaria, de edificación de Escuelas de Artes Plásticas y Curso de Superación Integral para jóvenes.
Fue entonces que, nuevamente desde la Plaza de la Patria de Bayamo, el Comandante en Jefe legó al pueblo frases de profunda significación, como esa que asegura: “Sobre la dignidad se puede construir un mundo”; todo ello en momentos donde estaba vigente la segunda versión del Plan Bush para Cuba.
Rodríguez Lora subrayó que en un contexto de similar agresividad de la administración estadounidense, marcado por la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, el próximo 26 de julio los cubanos celebraremos el aniversario 66 de la gesta del Moncada.
Pero ello –recalcó- no es resultado de un milagro, sino del enorme esfuerzo de hombres y mujeres que han sabido crear riquezas, desarrollo y bienestar, enfrentando innumerables retos, bajo la certera conducción de las organizaciones políticas, gubernamentales y de masas.
(Tomado de la ACN)