Por Pedro Martínez Pírez
El intenso y fructífero trabajo de Cuba frente a la pandamia, dentro y fuera de las fronteras del archipiélago, no impidió que en estos días el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez patentizara su plena solidaridad con el gobierno de Nicolás Maduro, ante la retención del oro venezolano por el Banco de Inglaterra.
El Jefe de Estado de Cuba, al citar al Poeta Nacional Nicolás Guillén, recordó en su cuenta de la red social Twitter, a los piratas Francis Drake y Henry Morgan, al calificar el hecho de robo descarado del oro venezolano para apuntalar al títere Juan Guaidó.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, al calificar de piratería la decisión de un juez británico de primera instancia, quien tomó una extravagante decisión sobre el reconocimiento del alucinante Juan Guaidó como supuesto Jefe de Estado de la nación suramericana, anunció que Venezuela apelaría ese fallo, que consideró en sintonía con las acciones de Washington para tratar de subvertir el orden constitucional en la patria de Simón Bolívar.
Como parte de la escalada yanqui contra el proceso bolivariano el gobierno del presidente Donald Trump despojó a Venezuela de la empresa petrolera Citgo, que operaba una refinería y varias gasolineras en territorio de los Estados Unidos.
Y en el colmo de su vileza la Casa Blanca utiliza los fondos de Citgo para financiar al sector de la oposición que encabeza Juan Guaidó contra el gobierno constitucional de Venezuela.
Lo paradójico de la situación es que Gran Bretaña, España y otras naciones europeas mantienen sus embajadores en Caracas, reconocidos por el gobierno legítimo de Nicolás Maduro, el único realmente existente en Venezuela.
La decisión de un juez británico de primera instancia, en línea con la política de Washington contra el gobierno constitucional de Venezuela, ha traído a la memoria de muchos latinoamericanos y caribeños el antiguo calificativo de “ la Pérfida Albión ”.
Y todo esto en momentos en que el inquilino de la Casa Blanca parece nadar contra la corriente en su empeño por la reelección y en el libro del conservador John Bolton, ex asesor de Donald Trump, se desdibuja la figura del títere Juan Guaidó.