Doña Laura, digna heredera de sus padres

بقلم: Maite González Martínez
2020-07-14 07:10:35

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Laura Esperanza Albizu-Campos Meneses durante homenaje que el Tribunal Antiimperialista de Nuestra América, le rindió en La Habana en reconocimiento a la obra r

Por: Pedro Martínez Pírez

Tuve el honor y el inmenso placer de conocer y compartir con Laura Esperanza Albizu-Campos Meneses, hija de Don Pedro, el gran independentista puertorriqueño, y la recuerdo hoy porque fui testigo del homenaje que el Tribunal Antiimperialista de Nuestra América, TANA, le rindió en La Habana al entregarle la Medalla del Tribunal en reconocimiento a la obra revolucionaria de su padre, de la cual ella fue una digna continuadora.

El acto se realizó en 1991 en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba, en La Habana, con la presencia de otro de los grandes independentistas boricuas, Rafael Cancel Miranda.

El Presidente del TANA, Guillermo Toriello Garrido, ex canciller de Guatemala y el único fundador de las Naciones Unidas que en 1945 se opuso por antidemocrático al veto, le entregó la distinción a Laura, quien muy emocionada lo agradeció con bellas y profundas palabras.

Para mí fue un momento de muchos recuerdos, porque tres años antes estuve con Toriello y con Laura, así como con otras personalidades de Nuestra América, en el juicio organizado por el TANA y celebrado en Trípoli, la capital de Libia, para juzgar los crímenes cometidos por el gobierno de Ronald Reagan contra la familia de Muamar el Gadafi.

Recuerdo que en los intensos días del juicio contra Reagan nos encontramos con el líder palestino Yasser Arafat y con otras personalidades que a lo largo de la historia han sido víctimas del imperialismo yanqui.

Dos años después de que recibiera la Medalla del TANA en La Habana, Laura y su hija Rosa me recibieron en San Juan, Puerto Rico, a donde asistí al homenaje a Don Pedro Albizu Campos, en la Universidad de Río Piedras, y con el apoyo de ellas realicé otras actividades, una de ellas la participación en un programa de radio efectuado en la ciudad natal de Don Pedro, en Ponce, en el cual además de Laura Esperanza también tomaron parte Enrique Ayoroa y Rafael Cancel Miranda.

Recuerdo que Laura gestionó mi alojamiento en la casa de Olga Pabón Cintrón, otra independentista boricua, y desde allí fui en compañía de Cancel Miranda a los domicilios de Oscar Collazo e Irvin Flores, a quienes había entrevistado en La Habana.

Recuerdo haber cumplido en ese, mi segundo viaje a Puerto Rico, misiones encomendadas por el amigo Ricardo Alarcón, Presidente entonces de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, a la cual también pertenecía yo como diputado nacional, electo ese año de 1993.

Fue tan angustiosa para mí la escala en Miami en el viaje de ida a Puerto Rico, que le pedí encarecidamente a Laura, y ella aceptó, gestionarme el retorno a La Habana por la vía de República Dominicana. 

El reconocimiento del TANA a Don Pedro Albizu Campos fue, sin dudas, el justo cumplimiento del apotegma martiano que nos recuerda que Honrar, honra.

Para Guillermo Toriello, a quien conocí en septiembre de 1979 cuando vino a Cuba como asesor de la delegación de la Nicaragua sandinista a la VI Cumbre de los Países No Alineados, efectuada en el Palacio de Convenciones de La Habana, fue una grata acción patentizar su solidaridad con el pueblo de Puerto Rico mediante la entrega de la Medalla del TANA a Laura, hija de Don Pedro Albizu Campos.

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Audiencia Solemne Managua, 17/10/83. En orden de derecha a izquierda,  Juan Bosch, Rafael Cancel Miranda, Guillermo Toriello, Comandante Carlos Núñez, Freddy Balzán

En octubre de 1983, durante la Sesión Solemne del Tribunal Antiimperialista de Nuestra América celebrada en Managua, la capital nicaragüense, uno de los temas abordados fue el análisis de la situación colonial de Puerto Rico, que estuvo representada por el patriota Cancel Miranda.

Varios ex oficiales de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, entre ellos Phillip Agee, reconocieron la política injerencista y reaccionaria de Washington hacia América Latina y el Caribe, en especial contra los pueblos de Cuba, Nicaragua y Puerto Rico.

El TANA, que había nacido en Managua a raíz del triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 como Tribunal Antiimperialista de Centroamérica, se extendió después al Caribe y más tarde a toda Nuestra América, hasta que en 1994 se transformó en la Asociación por la Unidad de Nuestra América, la AUNA, pero ya sin la misma fuerza antiimperialista de los mejores tiempos del TANA.

La historia del TANA y de la AUNA se cierra con el fallecimiento el 24 de febrero de 1997 de Guillermo Toriello, cuyos restos reposan en el Cementerio Cristóbal Colón de La Habana, como los de Doña Laura Meneses del Carpio, viuda de Don Pedro y madre de Laura Esperanza.

Yo colaboré durante muchos años con Guillermo Toriello, a quien acompañé en diciembre de 1996 a la firma de los Acuerdos de Paz para Guatemala. Fui su asistente y en una época asumí la dirección de la Revista Soberanía, órgano del TANA, cuyo primer director y fundador fue el colega venezolano Freddy Balzán.

Toriello, quien se radicó en Cuba en 1981, fue un gran antiimperialista y también un amigo personal del Comandante Fidel Castro. Su homenaje a don Pedro Albizu Campos y a su hija Laura Esperanza, se corresponde con su larga trayectoria en defensa del derecho internacional, la soberanía de los pueblos de Nuestra América, la no intervención y la igualdad entre todos los Estados, grandes y pequeños, ricos y pobres, en un frente común contra el imperialismo.

Laura Esperanza Albizu Meneses falleció en abril de 2019 en Lima, pero sus cenizas fueron trasladadas a Puerto Rico, donde reposan en la tumba familiar junto a los restos de su padre y su hermano Pedro, en el cementerio Santa María Magdalena de Pazzis.

El Partido Nacionalista recordó que Laura fue una mujer comprometida con la independencia de Puerto Rico y la libertad de todos los pueblos del mundo. Estuvo al lado de los desamparados y levantó su voz por los oprimidos. Luchó activamente por la paz mundial y la libertad de los pueblos, especialmente de Puerto Rico, desde el Secretariado General del Movimiento Peruano por la Paz, cargo que desempeñó durante muchos años en Lima.

Agregó el pronunciamiento del Partido Nacionalista de Puerto Rico que Laura nunca desfalleció en su empeño de ver libre a su Patria. Fue solidaria con todas las causas justas del mundo. Amó a Cuba y fue una gran amiga de la Revolución cubana. Su hogar en Lima lo fue de todos los luchadores políticos latinoamericanos, centroamericanos, caribeños, palestinos, saharauis, y tantos otros que siempre encontraron refugio en su casa de la capital peruana.

El Partido Independentista de Puerto Rico, al conocer su fallecimiento, emitió en San Juan, por las redes sociales, una declaración en la cual subraya que como heredera de una digna tradición independentista, doña Laura Albizu Meneses fue toda su vida una luchadora consecuente e incansable por la independencia de Puerto Rico.

Y Laura Albizu Meneses, en su condición de Secretaria de Relaciones Internacionales del Partido Nacionalista de Puerto Rico, fue quien presidió la delegación boricua al juicio contra Ronald Reagan organizado por el Tribunal Antiimperialista de Nuestra América encabezado por el ex canciller guatemalteco Guillermo Toriello. El célebre juicio, que dio continuidad a otros celebrados en Panamá y Ecuador, fue realizado en la capital de Libia en 1988, y sobre este singular acontecimiento elaboré un programa de una hora de duración denominado “Ángulo Ancho”, que fue transmitido por la Televisión Cubana.

Allí se recogen momentos del juicio, en el cual participaron los abogados Álvaro Montero, de Costa Rica, Miguel D´Estéfano, de Cuba y Ramón Veras de República Dominicana, así como la cantante haitiana Martha Jean-Claude, el escritor colombiano Arturo Alape, la argentina María Estela Martínez de Perón, y otros representantes de naciones latinoamericanas.

Laura Esperanza Albizu Meneses estará por siempre en la memoria de quienes la conocimos, rebelde, auténtica, puertorriqueña y latinoamericana, antiimperialista y solidaria, amante y luchadora por la paz y la soberanía de los pueblos.

Y cuando escribo sobre ella y en homenaje a ella viene a mi memoria lo que el Apóstol de la independencia cubana José Martí, dijo de sus padres: ¿Y de quien aprendí yo mi entereza y rebeldía, o de quien pude heredarlas, sino de mi padre y de mi madre?

 La Habana, 14 de julio de 2020



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