NO AL RACISMO Y LA DISCRIMINACIÓN
Instaurado por acuerdo del Consejo de Ministros en noviembre de 2019 y ejecutado por una Comisión Gubernamental encabezada por el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial muestra avances y define proyecciones que revelan la consistencia de una plataforma de conceptos y acciones en la ruta por erradicar, más temprano que tarde, manifestaciones y actitudes que laceran la condición humana y son incompatibles con el modelo socialista cubano.
Se hallan implicados 18 organismos de la administración central del Estado, e igual número de organizaciones de la sociedad civil. En la coordinación directa de las acciones intervienen los Ministerios de Cultura, Relaciones Exteriores y Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
La culminación de un diagnóstico revelador de orígenes, factores y situaciones que gravitan en la supervivencia de prejuicios y conductas lesivas a la dignidad humana relacionadas con el color de la piel, sustenta la implementación del Programa.
El diagnóstico tuvo en cuenta los aportes de las Ciencias Sociales, abundante información estadística de diversas fuentes, numerosas observaciones por parte de los organismos y organizaciones, así como la experiencia y los criterios de expertos, intelectuales y activistas.
Se trata de una mirada poliédrica e integral a problemas que afectan transversalmente a la sociedad cubana y que exigen, para su definitiva erradicación, políticas y medidas adoptadas a partir de sólidas bases científicas y fundamentos ideológicos.
Para ello se ha contado con las contribuciones de prestigiosos científicos sociales e intelectuales, de larga trayectoria en el abordaje de tan sensible tema.
Desde el mismo primero de enero de 1959, la Revolución comenzó a desmontar los pilares del racismo institucional y estructural arraigado por el régimen colonial y la explotación de la esclavitud, y prevaleciente luego durante la primera etapa republicana.
Mas como se trata de una construcción cultural, arraigada en la subjetividad y reproducida debido a factores que se explican tanto por condicionantes socioeconómicas objetivas como por insuficiencias e intermitencias en la comprensión del problema, este persistió de muy diversas maneras en la historia reciente de la nación, a lo cual se refirió en más de una oportunidad en la última década del siglo pasado y los primeros años de la actual centuria el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Precisamente el pensamiento antirracista de Fidel Castro, de profundas raíces martianas y maceístas, las contribuciones del General de Ejército Raúl Castro, y la tradición combativa encarnada por ilustres intelectuales como Nicolás Guillén y Fernando Ortiz, constituyen fortalezas del Programa.
En el diagnóstico se ponen en evidencia desventajas históricamente acumuladas asociadas al color de la piel: los puntos de partida para la realización de sus proyectos de vida, por las personas negras o pardas han sido distintos y distantes, en la inmensa mayoría, de las de piel blanca. De tales desventajas se derivan asimetrías económicas y sociales, y vulnerabilidades medibles y perceptibles en la realidad cubana actual.
En los factores subjetivos se hacen notar una insuficiente toma de conciencia acerca del arrastre de prejuicios y percepciones distorsionadas sobre el verdadero perfil del etnos-nación cubano; así como carencias y vacíos en la sistematización y consistencia de la introducción del antirracismo como valor sustancial en la labor política-ideológica revolucionaria, que redunde en la concientización de que los prejuicios raciales son radicalmente ajenos a la ética socialista.
Es por ello que una de las sesiones recientes de la comisión estuvo enfocada en evaluar el papel de los organismos e instituciones responsabilizados con la educación en la formación e irradiación de la cultura antirracista. Fueron valoradas las propuestas de los ministerios de Educación, Educación Superior, Salud Pública y Cultura y el INDER.
El Presidente Díaz-Canel subrayó cómo educar no es imponer, sino argumentar, razonar e inculcar valores; tampoco se deben asumir las tareas como una campaña, sino desde el compromiso permanente, la constancia y la integralidad; por ello se han convocado a todos los saberes y las experiencias para la concepción y ejecución de un programa esencial para el completamiento de los ideales de justicia y equidad de la Revolución.
A tenor con el diagnóstico se elaboró una primera versión del Programa Nacional, el cual ha comenzado a implementarse en tres etapas enmarcadas hasta el 2030. Como objetivo general se definió la valoración de los factores históricos, económicos, estéticos, políticos, sociales, psicológicos y culturales que propician la presencia en la sociedad cubana actual de prácticas de discriminación racial así como las fortalezas y oportunidades para su enfrentamiento y definitiva eliminación. (Tomado de Cubarte)