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Por Alfredo García Almeida*

Al mismo tiempo que la TV publicaba el video de una entrevista del presidente, Joe Biden, en la CNN, el pasado domingo donde afirmó: “No creo que esté preparada (Ucrania) para entrar a la OTAN”, el mandatario inició una gira por Europa, que incluirá la cumbre de la OTAN en Lituania, visita al Reino Unido y a Finlandia.  

En rueda de prensa en la Casa Blanca, Jake Sullivan, Consejero de Seguridad Nacional, explicó la gira europea del presidente, como una oportunidad para demostrar que EEUU ha recuperado su “estatus global como un socio sólido y confiable para la paz, el progreso y la seguridad” (…) “Este viaje reflejará que hemos hecho progresos y servirá para demostrar el liderazgo del presidente en la esfera internacional”, agregó Sullivan.

Sin embargo, algunos expertos aseguran, que la atención de Biden estará dirigida al presidente ruso, Vladímir Putin, al que quiere demostrar que sus “alianzas”, especialmente con Ucrania, son más fuertes que nunca. Trascendió que la OTAN acordó elevar la relación diplomática con Ucrania, transformando la “Comisión OTAN-Ucrania” en un “Consejo OTAN-Ucrania” con más poder de representación, lo que permitirá al presidente, Volodimir Zelensky, dialogar con sus aliados en mejores condiciones.

No es secreto, que Washington quiere mantener el apoyo y asistencia militar a Ucrania, pero sin asumir un compromiso de defensa mutua, como el que implica la pertenencia a la OTAN. La intención es “que se defienda a sí misma con ese apoyo, como hace Israel”, explicó Biden. Dentro de esa concepción de “ayuda”, se inscribe su decisión de entregar bombas de racimo a Ucrania, medida que ha causado polémica dentro de sus “aliados”. La mayoría de los miembros de la OTAN, son firmantes de un convenio que prohíbe el uso de esa arma.

Sin embargo, al parecer no todo será revisión de los planes para el enfrentamiento militar contra Rusia. Un editorial de la oficialista, Global Times, vaticina “intenciones maliciosas de la próxima cumbre de la OTAN hacia China”, a juzgar por las señales que se atribuyen al país anfitrión, Lituania.

“Aproximadamente una semana antes de la cumbre, Lituania, imitando a los EEUU, anunció su llamada, Estrategia Indo-Pacífico. La parte más llamativa de esta "estrategia" de 16 páginas, es su declaración sobre la cuestión de Taiwán, que enfatiza que "el desarrollo de las relaciones económicas con Taiwán, es una de las prioridades estratégicas de Lituania". Incluso trazó descaradamente una "línea roja", afirmando que el statu quo en el Estrecho de Taiwán "no se puede cambiar mediante el uso de la fuerza o la coerción”, afirmó Global Times.

Y prosigue la página web: “Los líderes de los cuatro países de Asia-Pacífico (Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda) que la OTAN ha calificado como "socios en todo el mundo", asistirán a la cumbre por segundo año consecutivo. Según los informes de los medios japoneses, la OTAN elevará su asociación con estos cuatro países a un nivel superior, dando una fuerte señal de la expansión de la OTAN en Asia-Pacífico. ¿Quién más no sabe, que esto está dirigido a China?”, concluye el Times.

* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.